El misterio del sueño americano

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago DE REOJO

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

29 mar 2023 . Actualizado a las 08:56 h.

En la historia de José Miñones hay un algo del sueño americano que inspiraría a un Sorkin o un Spielberg. Un hombre joven y afable que en dos años vuela desde el duodécimo concello de Galicia hasta el Ministerio de Sanidad del Gobierno más progresista de la historia.

El sueño de los padres fundadores se basó en el mérito. Los detractores del nuevo ministro dirán que no acredita los suficientes, pero se equivocan. Además de su expediente académico y su experiencia en la delegación del Gobierno, los argumentos esgrimidos por Pedro Sánchez, Miñones es un hombre del presidente.

También lo es José Ramón Gómez Besteiro. Su regreso a la primera línea demuestra que la nueva política y sus vetos a los investigados, con o sin condena, se ha quedado anacrónica. La historia de su redención ante el daño personal de una acusación falsa daría otro guion a la americana.

Otro tanto ocurre con el periplo de Pedro Sánchez. Un Máximo Décimo Meridio traicionado por el establishment del partido que volvió tras ganar el favor popular a bordo de un Peugeot 407.

De esa épica va a tener que tirar el jefe del PSOE, asediado por el alza de los precios, la inestabilidad de la coalición y los errores legislativos del Consejo de Ministros. Toca resistir, y para ello se fortifica con dos personas de su máxima confianza procedentes de una comunidad estratégica.

Hace poco más de un año, Galicia era para el Gobierno un escenario electoral secundario, al que se recurría para ensalzar al moderado Feijoo y desgastar por vía indirecta al radical Pablo Casado. Pero el ascenso del expresidente de la Xunta a la jefatura de la oposición también ha elevado a Galicia en la lista de prioridades y, tras unos años con cuatro gotas, desde el verano hay chaparrón de visitas ministeriales.

La relación también ha cambiado. A la Xunta del PP le dicen desde Madrid que hace leyes casi independentistas, y en San Caetano muchos ven la mano negra de la Moncloa tras las calabazas de Von der Leyen a Rueda. Una bofetada a Feijoo en la cara de su sucesor, se decía este lunes en los mentideros parlamentarios.

Son las preliminares de la pelea que vamos a ver en primera fila los gallegos. Los protagonistas de la épica del western suelen conceder el último duelo a su rival en el terreno que él mismo ha elegido, y los ministerios y delegaciones también son auténticas aceleradoras de candidatos. Incluso el de Sanidad, vaciado de competencias hasta que el covid recordó que el Estado está para algo más que para películas.