Política cultural: el alma creativa de Oviedo

OPINIÓN

Noche blanca de Oviedo.En el Claustro de la Fábrica de Armas de La Vega la propuesta «End of Broadcast» del artista canadiense Daniel Iregui
En el Claustro de la Fábrica de Armas de La Vega la propuesta «End of Broadcast» del artista canadiense Daniel Iregui Ayuntamiento de Oviedo

19 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay una diferencia notable entre actividad cultural y política cultural, esta última ordena con un propósito la actividad que pueda desarrollarse y lo pone al servicio de la ciudad y de sus gentes. Es decir, marca metas. Oviedo necesita un impulso político para su actividad cultural que en algunos aspectos ya presenta disfunciones y en otros carece de objetivos o está, sencillamente, estancada. Un primer pensamiento político es que el disfrute de la cultura forma parte del desarrollo cívico y del Estado del Bienestar. No basta sólo con la gestión de las actividades sino que estás tienen que ser producto de una política de conformación de la fisionomía material, del alma y, tambien, de una concepción integradora de nuestra capitalidad porque mediante la cultura podemos liderar el cambio en Asturias.

Oviedo es una ciudad eminentemente cultural y muy en particular una ciudad musical. La música forma parte de nuestra identidad. Oviedo es la capital española con más espectáculos musicales por habitante. A los festivales líricos de ópera y zarzuela se unen los conciertos del Auditorio y las Jornadas de Piano, por los que han pasado los grandes nombres de la música contemporánea; el Festival de Danza, los conciertos de la Sociedad Filarmónica y los de la OSPA, además de los coros.Y, ademas, está el resto de las músicas: jazz, rock, pop, música asturiana tradicional, etc. Como se ve, una actividad que tiene un componente económico y social de primer orden. No se nos puede escapar el impacto laboral directo que toda esta actividad produce ya que estamos hablando de cientos de personas que viven del hecho de que la ciudad tenga temporadas de ópera y zarzuela: músicos y cantantes, actores, maquilladores, tramoyistas, electricistas, sastres, taquilleras, etc. La música es también un banderín de enganche que se conjuga con los monumentos Patrimonio de la Humanidad, la Catedral y los Museos actuales y futuros y, por supuesto, en los últimos tiempos, el Camino de Santiago, que está siendo muy importante en los municipios concernidos- lo dicen todos los vecinos- y Oviedo es el punto de salida. Esto es un privilegio que debemos aprovechar. Por eso, a la hora de promocionar nuestra actividad musical se pueden utilizar recintos más variados: campus universitarios, museos, incluso exterior de recintos como Santa María del Naranco.

En el ámbito musical, queremos hacer reconocimiento explícito que debería ser compartido por todos los agentes políticos para hacer patria de nuestra ciudad: Oviedo lidera en calidad musical en todo el Norte de España y eso le da un gran prestigio nacional e internacional. Es decir, la marca Oviedo en la música clásica y la lírica es muy importante. Por eso, esta actividad necesita de un nuevo marco político ya que en los últimos años se ha ido reduciendo el presupuesto de una manera paulatina. No se avanza, se mantiene, pero sin arriesgar y apostar políticamente, por tanto, sin construir un propósito. Por ejemplo, la Unesco tiene un título que es “ciudad creativa” que da a las ciudades o capitales con protagonismo musical. Con un poco de apoyo y un proyecto político Oviedo podría ser una de esas ciudades. Esta será una de nuestra primeras inciativas en la futura corporación.

Por otra parte, sin pensamiento global político suceden cosas como la supresión de una programación de verano fundamental para los intérpretes asturianos, como eran los conciertos del Museo Arqueológico, que siempre estaban llenos. Hay magníficos intérpretes y compositores jóvenes en Asturias. O la precariedad salarial y material de nuestra Orquesta.

La Sociedad Filarmónica tiene una historia que merece la pena conservar. Es ya urgente una reforma de uno de los emblemas de corazón identitario de Oviedo, nuestro teatro Campoamor.

Hace falta una política para la captación de nuevos públicos y la base para ello es la labor pedagógica, tanto dirigida a los niños y estudiantes jóvenes como a los mayores y colectivos sociales, que pudieran acercarse a la música. En este sentido, se trabaja bastante con los colegios, pero hay que desarrollar toda la potencialidad social de esos proyectos y eso no sucede. Nosotros concebimos la cultural como un arma potente para combatir la desigualdad. En este sentido hay que cambiar todo el sistema de acceso a los conciertos, aunque las entradas en Oviedo son muy baratas con relación a Madrid y Barcelona, la realidad social actual es que pagar 35 o 40 euros es mucho dinero para algunas familias.

Entre las insuficiencias que provoca la ausencia de concebir la cultura como una política esencial están: la carencia de una sala municipal de exposiciones; la asuencia de proyecto para las ferias de arte y salones de arte o el apoyo a las galerías; el cruel y bárbaro menosprecio que hace langidecer las bibliotecas municipales y que algunas de las de los centros educativos brillen por su ausencia, lo que es inaceptable para Oviedo; lamentablemente la actividad teatral sigue siendo un problema en Oviedo, todavía tenemos que atraer a las buenas compañías o títulos, a la par, en Asturias existen grupos que trabajan muy bien y se les ve poco, para promocionarlos podría hacerse mucho más en un marco de colaboración con la ciudad hermana de Avilés; ciertamente tenemos artistas de nivel nacional, incluso internacional -la actual exposición de Fernando Alba en el Museo es magnífica- y somos incapaces de que se les conozca fuera. Nuestra lengua, el asturiano, nuestras y nuestros creadores en esa lengua merecen la atención de su capital que es hoy insuficiente. Oviedo tiene que colaborar en la construcción de la identidad de Asturias también a través de toda la literatura que se genere en nuestra ciudad. Somos la ciudad de la Regenta y del premio «Tigre Juan».