Jordi Alba y compañía

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

21 may 2023 . Actualizado a las 12:29 h.

Como suele decirse, hay niños de todas las edades. Y luego están los niñatos, esa variedad de infantilismo que nada tiene de entrañable. El mejor ejemplo lo proporcionaron un puñado de jugadores del Barcelona en campo del Espanyol. Sentados en el banquillo, un lugar en el que sus ocupantes deberían darse un bañito de humildad, y con el título de Liga en el bolsillo. Sin jugar. Sin el calor del césped, de la entrada a muerte o la caída sobreactuada, sin la vibración del choque sobre el césped. Sin la tensión de la lamentable invasión del campo que se produjo después. Sentaditos como estaban, Jordi Alba y sus secuaces le dijeron de todo a Óscar Gil, el lateral perico que jugaba por su banda. «Estáis muertos». «Óscar, vaya año». «Estáis muy bien, Óscar». «Óscar, dale por fuera». Chascarrillos, risas... Pero sin complicidad o intercambio. Una fiesta en la que participaba Eric García, ese central que en su momento comentó que abordaba con un psicólogo cómo digerir la avalancha de críticas que recibía. Y Ferran Torres, el yernísimo de Luis Enrique. Dos futbolistas que han tenido (y desaprovechado) más oportunidades que la mayoría. Seguro que no hubieran tratado igual a los laterales del Manchester City en las semifinales o en la final de la Champions League de esta temporada. Nunca lo sabremos. Hace tiempo que los culés quedaron eliminados de todas las competiciones europeas. Incluidos los campeones de Alba, García y Torres. Se ve que últimamente trabajan más las hazañas de boquilla. O puede que crean que ganar la Liga con el Barcelona cuando el Real Madrid está en crisis es una heroicidad. Vaya año, ¿eh? Lo nunca visto.