Atado a Vox

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

Marta Fernández Jara | EUROPAPRESS

04 sep 2023 . Actualizado a las 08:51 h.

Solo unos días después de que Feijoo hiciera la sorprendente propuesta a Sánchez para que lo dejara gobernar dos años, cerraba el quinto pacto autonómico de coalición con Vox, esta vez en Murcia. El PSOE, al que hace un mes el líder popular calificaba como partido de Estado, dejaba ipso facto de serlo tras el no rotundo recibido por parte del presidente en funciones. La cuadratura del círculo que pretendía Feijoo, gobernar con la ultraderecha en autonomías y ayuntamientos, y que los socialistas le dejaran vía libre a la Moncloa, era imposible. Incluso la prepotente Ayuso se permitía dar lecciones a un político de larga trayectoria como el gallego, tildando su iniciativa de bisoña. Al tiempo que el PP pactaba en Murcia, se destapaban dos casos de apología del franquismo protagonizados por directores generales de Aragón (donde PP y Vox también cogobiernan) pertenecientes a la formación de ultraderecha. Feijoo se ha atado a Vox suscribiendo decenas de pactos de gobierno, es su socio natural y el que le va a votar la investidura. Es un hecho, por muchas invocaciones al centro y la moderación que se hagan o por mucho rechazo a la política de bloques que se exprese en declaraciones. Tan claro es que Feijoo solo ha logrado atraer el voto de Vox y los de UPN y Coalición Canaria, que juntos apenas superan los 166.000 votos. El nacionalismo periférico de centro-derecha, que en su día pactó con Aznar y Rajoy, le ha dado un portazo, al menos, de momento. A Feijoo le interesaría desprenderse del lastre que supone la ultraderecha, pero ¿cómo lo va a hacer si gobiernan juntos en cinco autonomías y más de cien ayuntamientos y necesitaría sus votos para llegar a la Moncloa en unas nuevas elecciones?