Un plácido gobierno de Valdés

Juan Miguel Fernández

OPINIÓN

Playa de Barayo, en el concejo de Valdés
Playa de Barayo, en el concejo de Valdés Raúl García

02 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En la política nacional, y no digamos en la internacional, el nivel de tensión, de crispación y hasta de irresponsabilidad se acrecientan día a día llegando a provocar repugnancia y hasta terror. Por el contrario, en nuestro Principado y en los ayuntamientos, tras las elecciones, impera un sosiego, a veces hasta excesivo, dando la impresión de que no pasa nada. Una evidencia de tal estado de remanso se vive en concejos como el de Valdés. 

Ya hemos depositado en el baúl del olvido que en nuestra Europa se está perpetrando una guerra, una guerra tan injusta como todas, que nos afecta directamente y en la que también, directamente estamos implicados. El mundo arde. Evidentemente que no es la única que existe en el mundo y que poco se puede hacer desde un rincón apartado de nuestra Asturias. 

No sé si la política nacional es para preocuparse, pero si es poco edificante y complicada de entender. En la calle se respira mal. Se pretende conformar un gobierno difícil de amalgamar y en el otro extremo hay un candidato que en vísperas convoca una manifestación contra el candidato que todavía no existe.  

Algunos ayuntamientos, más de los que se esperaba, han cambiado de signo, pero solo eso. Otros mantienen y confirmaron sus gobiernos como ha sucedido en Valdés. El equipo de Oscar goza ahora de una mayoría sobrada. Para los más jóvenes y para los desmemoriados convendrá decirles que no siempre fue así, sino todo lo contrario. Baste recordar que fue el propio Oscar quien le movió el asiento a su antecesor Simón. Proceder que se asemeja al que en su día provocó Morilla con quien fuese el primer alcalde democrático del municipio, el ya fallecido Delfín. Estos casos son nimios comparados con otros acaecidos en el seno del consistorio valdesano.  

En el año 87 Morilla deja momentáneamente la política y lo hace propiciando el acceso de Landeira y por ende de los socialistas. La época de Landeira, para desgracia de Valdés, fue bastante tranquila en el ayuntamiento, pero no así en el seno del partido que lideraba. En el 99 regresa Morilla y aparece en escena Parrondo bajo las siglas de URAS. Contrariamente a lo esperado Parrondo se asocia con Landeira. En las siguientes elecciones aterriza en Luarca Pereiro, la unión de URAS y PP obtienen una holgada mayoría pero ahora es Morilla quien apoya al Pereiro. Todo muy confuso. 

Y aún más confuso fue en el 2011 cuando la alcaldía la consigue Foro, junto con PP y URAS, para al poco tiempo formar otro tripartito entre PSOE, URAS e IU que fue la llegada de Simón. 

Ahora la batuta de Oscar dirige una melodía relajante, hábil como es jamás evita el trato con los vecinos y además cuenta con una oposición neutralizada. Pero también se puede morir de éxito y le convendrá no olvidar las trayectorias de quienes fueron sus antecesores en el cargo.