Oviedo y el lobo

Álvaro Boro

OPINIÓN

Imagen de archivo de un lobo ibérico
Imagen de archivo de un lobo ibérico

16 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En Asturias hay un problema evidente, digan lo que digan algunos en La Sexta, que es el lobo y sus ataques continuos al ganado. Es un problema exponencial, que lejos de tener una pronta solución por todo lo que atañe, parece haberse estancado y no prosperar en aras de su solución. Les diría cómo resolverlo si lo supiese, pero esto es algo que no creo ni que los propios expertos en la materia -si los hubiera o hubiese- ni los ganaderos, principales afectados, saben. Lo que sí que es incuestionable es que es una grave preocupación para la región. Y parece que el Principado capea la situación en lugar de tomar medidas contundentes al respecto.

Hace unos días, un lobo atacó a plena luz del día a unas ovejas en Puerto, una parroquia de Oviedo. Puerto pertenece a la zona rural ovetense, esa que muchas veces se deja desatendida y el agravio comparativo con sus vecinos capitalinos es notorio. Pero este ataque del lobo despertó en el alcalde la curiosidad e indignación. A Canteli le saltaron las alarmas, y enseguida se preocupó y quiso mediar en el asunto; porque es una manera de defender lo suyo y meter una pequeña puyita a los de Barbón que es de lo que más le gusta: la rosa y el látigo. Y más cuando el propietario de estas ovejas era Amador García (exconcejal socialista en el Ayuntamiento de Oviedo), que no dudó en decir: “Decisiones sobre la gestión del lobo las toman personas que no tienen ni idea de lo que es vivir en la zona rural”. Algo bastante cierto y que viene a avivar, por si fuese poca, la polarización de la sociedad. Alfredo Canteli reclamó actuaciones autonómicas rápidas y efectivas y mayor protección frente a los ataques. Hasta aquí todo bien, pero no sabemos si por el calentón del momento o por vayan ustedes a saber qué, nuestro alcalde recurrió a una de esas falacias tan llenas de ‘ordeno y mando’ y aseguró que “no es descabellado temer que puedan atacar a cualquier persona con la que se encuentren. Y si algo hay que proteger es a las personas”. Algo que sí es absolutamente descabellado, porque en este siglo no hay registrado ningún ataque de lobo a una persona, pero tampoco casi hay registro en el pasado, siendo muchos bastante dudosos.

Estamos ante una situación difícil y complicada de tratar, pero recurrir a ciertos embustes no hará que se solucione antes el problema del lobo, no es más que avivar el problema. Seamos serios, veraces y certeros para que no nos acabe pasando como a Pedro en la fábula.