La «cultura» del siglo XXI

OPINIÓN

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial FREEPIK | EUROPAPRESS

17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hombre lleva de las correas a dos perros. A su lado, una mujer porta en su regazo a un tercero, más pequeño, al que quiere protege del frío.

El neonazi fugado hace decir a su «alter ego» en el Congreso de los Diputados que los jueces que persiguieron a los autores del mayor atentado contra la democracia de este siglo es España son unos delincuentes: prevaricaron.

En un parque pijo, un niño llama «puta» y «negra» a una niña de ese color. El padre sonríe y lo cuenta en una red de sociabilidad ilimitada e ideal. Concluye así su texto: «Mi hijo ya sabe qué es ser macho y español».

El teléfono móvil es una versión actualizada de El libro gordo de Petete, por el que aprenden los infantes y no tan infantes.

Un individuo pronostica que su presidente será colgado (ejecutado) por el pueblo, como lo fue el fundador del fascismo. No aclaró si también lo sería su pareja, como en el caso del italiano universal.

Adolescentes, padres, profesores, políticos, periodistas, comunidades de vecinos, turistas, empleados, empresarios, curas…, todos están en sintonía con los avances de la inteligencia artificial.

El presidente del país perdona los pecados de los sublevados para seguir gobernando, acogiéndose al dicho «hacer de la necesidad, virtud». O sea que, a cambio de la benevolencia, que no es exclusiva de él (el Dios de los católicos incluso hace la vista gorda con los asesinos si se arrepiente, majo que es), se impondrá la no violencia en el extremo nororiental del mapa y se frenará a la ultraderecha por una temporada, lo que no es poca cosa. Y los sublevados se lo agradecen con proclamas revolucionarias burguesas de baja estofa, con lo que hemos vuelto a la casilla de salida.

Quien no se ha criado con Tik Tok no puede entender la guerra en Gaza. Esta enciclopédica plataforma nos muestra su realidad a través de juegos de «guerra». Los internautas, que naturalmente van con los «buenos», gozan haciendo que los soldados israelíes vuelen un edificio de Naciones Unidas o un hospital. O destripen a mocosos, y a sus mamás por no cuidarlos adecuadamente. Estos juegos harán las delicias de la presidenta y del regidor madrileños.

Los verdaderos genios de la «humanidad»; son tipos como John Rahm y Taylor Swift. Los hay a miles y ocupan todos los campos del «saber»; (matemático, filosófico, antropológico…). Tienen en común no superar en bienes materiales a Diógenes e igualar a Kant en ética.

Diógenes de Sinope, el Cínico (por cierto, la antítesis del «síndrome de Diógenes»), le llamaban «perro» hace más de 2.300 años, como en la actualidad al «golpista» de La Moncloa, que hasta ladridos tuvo que escuchar por la megafonía del Parlamento Europeo. Y no es mal calificativo, pues, como Diógenes, muerde a los «malos», hoy reproducidos en los fantasmas ultras que regresan del pasado. Al menos, los perros cínicos fueron la antesala de Zenón de Citio, fundador del estoicismo, quizá la escuela filosófica más honesta, virtuosa y bondadosa que jamás hallado existido.

Lo antedicho son sólo botones de muestra. En su conjunto, esta cojonuda «cultura» ha escalado la cima de la mierda.