Las manos que guían a la infancia

Juan Miguel Fernández

OPINIÓN

Niños del parvulario de Ventanielles (Oviedo) se preparan para subir al transporte escolar
Niños del parvulario de Ventanielles (Oviedo) se preparan para subir al transporte escolar

19 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En estas fechas, cuando se ve al alcance de la mano el año venidero, cuando llega el turrón, las luces de colores y las comidas pantagruélicas, el protagonismo, sobre cualquier otra cosa, lo toma la infancia. Tendrán unos días en los que se verán libres de las jaulas de los colegios. No estarán atados a los rígidos horarios y podrán gozar de tiempo sin límite para los juegos, la actividad más consustancial a su edad. En todos los hogares surgirá la explosión de júbilo de la mañana del seis de enero cuando la grey menuda aborda las cajas de los regalos y con entusiasmo inusitado se procede a descubrir lo que se esconde bajo el brillante envoltorio.

Eso sucede aquí, en nuestro mundo, en el primer mundo, porque hay otros mundos sórdidos y terribles donde la infancia sufre toda clase de horrores. Podemos no querer fijar nuestra atención en ello, podemos cerrar los ojos, podemos ignorar lo que pasa, podemos refugiarnos en una coraza y mostrarnos insensibles, pero hay una realidad que está ahí.

El mundo está plagado de guerras, no solo son las de Ucrania y la de Palestina de las que se habla a diario, hay otras muchas donde una población infantil sufre sus consecuencias y además se les niega un futuro, bien pequeños se les da un fusil y se les enseña a matar que seguramente será su único aprendizaje en este mundo.

También existen los avispados empresarios que han descubierto que los niños son la perfecta mano de obra para las minas, para los basureros o para la confección de prendas deportivas, ideales para generar los máximos beneficios. Esa realidad nos queda lejos, y nos sentimos cómodos apelando a que sobre eso no podemos hacer nada.

Podemos regresar a nuestro mundo y aquí, cerca de nosotros, donde todo se muestra hermoso, horroriza al oír que cada vez con más frecuencia se conocen casos de explotación sexual hacia la infancia, ejercida en no pocas veces por religiosos, lo que escandaliza aún más.

Y también en nuestro entorno, en nuestra sociedad se dan prácticas más sutiles, que no escandalizan, que se muestran como inofensivas o divertidas cuando en el fondo son perniciosas y lesivas con consecuencias que el tiempo determinará. Sé que es una exageración, pero cuando regalamos a un niño un teléfono inteligente le estamos regalando un arma que puede resultar tan peligrosa como un kalashnikov en manos de un niño en el Yemen.

Y no nos dejemos engañar. Se presentan como de entretenimiento los programas de televisión protagonizados por niños, que cantan o cocinan, pero no son programas infantiles, esos han desaparecido de todas las parrillas televisivas, son programas de adultos que usan a los niños para su propio negocio.