IA o cuando el universitario sabe menos de lo que piensa

Fernando Castelló LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

Eduardo Parra | EUROPAPRESS

11 ene 2024 . Actualizado a las 09:08 h.

Hace unos días me decía un buen amigo que, este año, ChatGPT se había convertido en el invitado estrella de todas las comidas de Navidad, transformando al cuñado-tipo en un erudito-fake. No obstante, hay que enfatizar que todo hijo de vecino es susceptible de convertirse en el cuñado de otro, y uno debe andarse con mucha precisión si dispara con posta lobera.

 El avance de la inteligencia artificial en la educación superior se está convirtiendo en un arma de doble filo. Ofrece personalización al alumnado y apoyo en las tareas del profesorado, y subyacen riesgos éticos y desafíos a la integridad académica.

Además, algunos large language models (LLM), como ChatGPT o Bard, pueden ofrecer una falsa sensación de competencia y capacidad. Esto es peligroso. Los estudiantes podrían sobrestimar su aprendizaje y, lo que resulta más relevante, su aplicabilidad última en el contexto profesional y competitivo empresarial.

De acuerdo con el conocido sesgo cognitivo que describe el efecto Dunning-Kruger, los futuros egresados podrían llegar a creer que saben más de lo que realmente saben y, de ser así, el impacto a largo plazo terminaría por volverse estructural: sobre el sistema educativo, sobre la empleabilidad y sobre la equidad social.

Si tomamos como premisa la tesis del recomendable y controvertido libro del profesor Daniel Arias (Querido alumno, te estamos engañando; Temas de Hoy), debemos reconocer que, además, en este momento nos encontramos ante un punto de inflexión. La IA puede impactar sobre el pensamiento crítico, para bien o para mal. La alfabetización del alumnado (y del profesorado) en el uso responsable de la IA es central. ¿Está nuestro sistema universitario preparado?

Necesitamos un debate serio que alcance al conjunto de la opinión pública. Universidades, académicos y legisladores deben ensayar sobre los retos y oportunidades de una tecnología que avanza a toda velocidad.

¿Podemos integrar la IA sin sacrificar la calidad educativa del sistema universitario? ¿Cómo manejaremos los riesgos éticos de la IA en la universidad? ¿Actuarán de igual modo universidades públicas y privadas? Es momento de reflexión. El futuro depende de nosotros. El camino que elijamos hoy definirá el mañana.