Sed de agua y sed de mal en Cataluña

OPINIÓN

Andreu Dalmau | EFE

02 feb 2024 . Actualizado a las 14:03 h.

El agua no cae del cielo. Bonito y trágico lema. A buenas horas el molt honorable de turno, Pere Aragonès se llama este, se anima a poner los pies en la tierra, y en el agua. Ahí lo tienen, al Pere, caminando como ternero rumbo al matadero, a punto de anunciar solemne que queda declarada la emergencia por sequía para seis millones de personas. Por vez primera en años no se van a hacer distinciones entre los catalanes de primera, los de lazo amarillo y cabeza alta, y los catalanes de segunda, los malos catalanes, los cómplices del Estado opresor, etcétera. Traducido: las restricciones serán para todos. España se seca y Cataluña está en la vanguardia... de la sequía. Pujol, Mas, Puigdemont, Torra, Aragonès. Alimentaron tanta sed de mal que hasta el agua les resbaló. Y mira que el problema era transparente. Llega ahora la gota que colma el vaso. Llevan tantos años en la ciencia ficción de la independencia que luego pasa que se estampan contra la seca y deshidratada realidad.