Truncan la carrera del emprendedor Koldo

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN · Exclusivo suscriptores

SERGIO PEREZ | EFE

24 feb 2024 . Actualizado a las 10:31 h.

Este nuestro es un país de envidiosos. En vez de primar a quienes muestran iniciativa, les cortamos el camino. La actuación de Guardia Civil, Fiscalía Anticorrupción y Audiencia Nacional acaba de cercenar la asombrosa progresión de uno de los emprendedores más destacados del país, llamado a ser una celebridad de los negocios. De no ser por esta precipitación, Koldo García Izaguirre, que así se llama este genio de las operaciones comerciales, podría haber cuajado una trayectoria digna de ser estudiada, como se hace con las trayectorias exitosas de Jeff Bezos, Bill Gates o Elon Musk, en todas las universidades del Universo. Comenzando desde abajo y escalando hasta llegar a la cumbre. Una trayectoria similar a la de Alfonso Escámez, que comenzó ejerciendo como botones y acabó presidiendo el Banco Central. O como Francisco Correa, que también entró en el PP de botones y acabó convertido en su gurú.

Koldo, también. Desde trabajador de un club de alterne escaló a consejero de Renfe. Pasando por segurata, escolta, chófer, concejal y hombre para todo de José Luis Ábalos. Además de indultado por el Gobierno de Aznar tras una condena de tres años de cárcel por delito de lesiones. Una trayectoria envidiable, que hizo paso a paso. Ya dijo Pedro Sánchez, que era el «último aizkolari». Es decir, un buen cortador de leña.

En un pispas, este genio de los negocios aumentó su fortuna en 1,5 millones de euros. En solo un par de años. Después de liderar una red de venta fraudulenta de mascarillas y material anticovid que generó 53 millones de euros y dejó unas comisiones de 10 millones. Distribuyendo tareas y beneficios entre familiares y amigos, que se llevaron 15 millones aunque solo gastaron en material el 13 %. Así es como trabajan los buenos empresarios. Dando empleo, repartiendo el negocio y con alta rentabilidad. Pasando por los ministerios de Transportes e Interior, Baleares y Canarias. Que se sepa. Y creando riqueza para el país. Porque Koldo y sus allegados adquirieron durante el período de tiempo en que se centra la investigación tres inmuebles en Benidorm.

El negocio de las mascarillas, cuando caía gente como moscas, está por aclarar. Sabemos de Luceño, Luis Medina, Tomás Díaz Ayuso, los encubrimientos de la Generalitat y las mascarillas fake de Illa y Andalucía. Pero esto debe ser la punta del iceberg. De momento se estima que existe un fraude de casi 500 millones de euros, provocando un rosario de casos por toda España de los que la gran mayoría siguen sin ser ni descubiertos, ni castigados.

Pero claro, hay que ser positivos. Si algo provechoso tuvo la pandemia es que nos descubrió a grandes emprendedores, llamados a ser empresarios de éxito. Aunque si les cortamos el camino, como se hizo con el pobre de Koldo, estamos llamados al fracaso. Impedimos desarrollar la iniciativa a comisionistas, tramposos, trileros, granujas, sinvergüenzas y chorizos. Una lástima.