División de opiniones

OPINIÓN

Los candidatos a las elecciones catalanas en el debate electoral de RTVE, el 2 de mayo de 2024
Los candidatos a las elecciones catalanas en el debate electoral de RTVE, el 2 de mayo de 2024 RTVE

10 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se me ha hecho un poco larga la campaña electoral catalana (cabe destacar también que en los últimos días ha habido otras noticias que han desviado el foco mediático a otros asuntos, como por ejemplo la participación de Israel en Eurovisión, cuya final es mañana) y si es correcto lo que pronostican las encuestas, con los vetos anunciados por unos y otros lo más seguro es que se termine por repetir los comicios en otoño. No es una buena noticia el bloqueo institucional, pero es evidente que confrontan pensamientos ideológicos muy distantes (principalmente por la división entre izquierda y derecha y nacionalista y no nacionalista) y lo que sale de las urnas es el fiel reflejo de esa división de opiniones que tiene la sociedad. Aunque las aguas se han calmado mucho en Catalunya (no así en Madrid, que es a donde se ha trasladado la crispación) hay quien sigue queriendo estirar el ‘procés’ pese a que en estos siete años no se ha conseguido nada bueno de él. Al igual que me sorprendió que en las elecciones vascas el PP apenas entró al trapo cuando el candidato de Bildu fue incapaz de considerar a ETA como una banda terrorista, en esta ocasión ha pasado algo parecido con la amnistía (y eso que era fácil recurrir a ello viendo que Carles Puigdemont ha tenido que hacer todos sus actos al borde de la frontera con España para evitar ser detenido). Tristemente la xenofobia ha estado muy presente en la línea argumental de toda la derecha. El PP no se conforma únicamente con quedarse con todos los votantes que le quedaban a Ciudadanos (ha compartido con Vox, Junts y Aliança Catalana el discurso que anteriormente utilizaba el alcalde de Badalona, Xabier Albiol). Cada partido ha jugado en su liga: el PSC no solo quiere ganar en votos y escaños, sino tener la fuerza suficiente para gobernar; los partidos nacionalistas quieren reeditar, con la suma de sus parlamentarios, una nueva mayoría absoluta que prosiga el «mandato» del 1 de octubre de 2017 (aunque ya no haya unidad de acción y su relación sea muy inestable); y por último está tanto el PP como Vox que se disputan liderar la derecha como paso previa a las elecciones europeas en un momento en el que previsiblemente desaparecerá Ciudadanos (y su puesto lo ocupará Aliança Catalana). Sinceramente creo que Salvador Illa podría dirigir muy bien desde el Palau de la Generalitat un nuevo proyecto político que pase página a catorce años de inestabilidad y de enfrentamiento, pero hay que ser consciente de que va a ser muy difícil que lo consiga. Obviamente eso lo dirán las electoras y los electores.

Siempre me encantó viajar, sobre todo a ciudades. El turismo ha sido desde los años 60 un sector fundamental para la generación de riqueza y empleo en nuestro país. Si bien es cierto que las masificaciones han existido desde el principio (sobre todo en zonas costeras), hay una nueva realidad que está incrementando el número de turistas a límites para los que no están preparadas las zonas urbanas (parece ser que las casas rurales, en cambio, están en tendencia negativa). La principal característica no está en que se haya ampliado la oferta hotelera, sino que ahora hay muchos pisos (que estaban enfocados a viviendas habituales) que se están utilizando para otros fines (como alternativa a los hoteles). A la postre le beneficia tanto al propietario (porque gana más dinero de esta manera alquilando por días) como al turista (le cuesta menos dinero que un hotel y tiene a su disposición todas las comodidades de un piso). Yo debo decir que, hasta la fecha, no me he alojado por este método (en mi próximo viaje a Roma, coincidiendo con el puente del Martes de Campo, estaré en un hotel cercano a la estación de Termini), pero ya no se hace raro ver por diferentes calles de Oviedo/Uviéu a turistas con sus maletas buscando el piso donde se van a alojar unos días. Hay división de opiniones sobre si debe regularse o no (pasa algo parecido con las cocinas industriales, que en lugares como Madrid o Barcelona se han instalado en bajos comerciales que no estaban preparados para eso, y son muchas veces un motivo de conflicto). En todas las islas de Canarias ha tenido lugar una manifestación pidiendo un control y una normativa específica ante los problemas que se generan (se está haciendo casi imposible vivir en allí ante los abusivos precios del alquiler de las pocas viviendas que todavía se destinan a vivienda habitual). Es importante destacar que no necesariamente el turismo masivo conlleva una mayor fuente de ingresos para un territorio, por lo que creo que se necesita buscar un equilibrio con el que todo el mundo pueda estar lo más cómodo posible.