Todo en el aire

Cristina Pedrosa Leis ABOGADA Y ASESORA JURÍDICA DE LA ASOCIACIÓN EÓLICA DE GALICIA. PROFESORA DE DERECHO MERCANTIL EN LA USC

OPINIÓN

María Pedreda

23 may 2024 . Actualizado a las 09:11 h.

Arcadia, a quienes personas como doña Marisa intentaron iluminar sus adolescentes mentes yermas con el Renacimiento y Garcilaso de la Vega, nos trae una imagen idílica, de vida pura no corrompida por la civilización. Pero, quienes tuvimos la rareza de estudiar la Grecia antigua, sabemos que Arcadia procede de la mitología griega, hogar del dios del bosque y sus ninfas y espíritus, una versión del paraíso donde sus habitantes gozaban de fama por su sencilla hospitalidad, pero también por su ignorancia y su rústica vida, una región pobre, estéril, fría, privada de todo.

Puntualmente, del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia nos llega noticia de más suspensiones de parques eólicos. Sin aducir irregularidades, se paralizan bajo el paraguas del todopoderoso principio de precaución, en contra del principio de legalidad y ejecutividad. Pese a la claridad del fallo del Supremo, el TSXG, en otro intento, preguntará al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Aunque se inadmita la cuestión, como acaba de hacer con otra, recordando la obligación de los tribunales nacionales de resolver cuando no hay oscuridad en la norma, la espera será larga y no será gratuita. La actual situación deja en el aire la oportunidad de Galicia de ser no solo un lugar idílico, sino también un lugar donde la actividad sea posible.

El Reglamento UE 2018/1999 sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima dio lugar al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), fijando una reducción de un 23 % de emisiones de gases de efecto invernadero. Frente a él se presentó recurso, entre otros, por Greenpeace y Ecologistas en Acción-CODA, pidiendo su anulación por insuficiente e instando una reducción no inferior al 55 %. Pero, mientras unos pelearon para forzar un objetivo más ambicioso, otros que se dicen ecologistas buscan impedir el desarrollo de la eólica, uno de los dos pilares de la política climática europea y mundial, un modelo energético de renovables. Donde Greenpeace considera la eólica una renovable que ayuda a combatir el cambio climático con respeto de la biodiversidad, recordando en su web que es un mito la incompatibilidad de la energía eólica con su entorno o las aves, otros quieren una Galicia pobre sin actividad industrial. La energía eólica responde a un fin de interés social, el fomento de las renovables, con engarce directo con la protección del medio ambiente (artículo 45 CE) y los objetivos de desarrollo establecidos en la ley de cambio climático, para cumplir los compromisos que derivan del derecho europeo y del Acuerdo de París del 2015.

Buscando la inexistente Arcadia renacentista podemos acabar en la fría y pobre Arcadia griega. Todo está en el aire. No lo dejemos en suspenso más tiempo. Ya lo decía Bob Dylan, the answer is blowin' in the wind.