1º de mayo: Lucha de clases o derrota obrera

OPINIÓN

Concentración de UGT y CCOO contra la siniestralidad laboral en Oviedo.
Concentración de UGT y CCOO contra la siniestralidad laboral en Oviedo.

01 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La proximidad del 1º de mayo nos encuentra en un contexto sombrío: retrocesos laborales, precariedad, siniestralidad creciente, guerras arancelarias y militares que agravan la explotación mundial. Mientras tanto, los sindicatos mayoritarios, antaño herramientas de lucha, se han convertido en gestores dóciles de la paz social.

Recientemente, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha propuesto subir los impuestos a los trabajadores europeos para financiar el gasto en armamento. Esta declaración no es un desliz aislado: es el reflejo de un sindicalismo que ya no representa a la clase trabajadora, sino que actúa como colaborador necesario del sistema capitalista.

Los grandes sindicatos, dependientes de subvenciones públicas y empresariales, han cambiado su naturaleza: de herramientas de lucha a estructuras burocráticas al servicio de gobiernos y patronal. Apenas convocan movilizaciones y, menos aún, huelgas para defender nuestros derechos. Han abandonado la lucha de clases, dejando vía libre a una ofensiva patronal sin precedentes.

Ante este panorama, los trabajadores y trabajadoras no podemos esperar nada de las cúpulas sindicales oficiales. Nos toca, una vez más, organizarnos desde abajo: Crear asambleas y comités de base en los centros de trabajo, como en tiempos no tan lejanos, al margen de los sindicatos vendidos al poder que les paga. Impulsar sindicatos combativos y, donde no existan, fundar nuevas estructuras obreras independientes. Practicar la acción directa y la huelga, herramientas históricas de la clase trabajadora. Reconstruir la conciencia de clase frente al discurso del consenso y la sumisión. Tejer redes de solidaridad internacionalista, porque las guerras imperialistas son siempre guerras contra los y las trabajadores/as del mundo.

Las guerras que promueven los Estados, las crisis que imponen los mercados, los recortes que ejecutan los gobiernos, todo recae sobre nuestras espaldas. Pero si nos organizamos, si rompemos con la resignación y el miedo, si recuperamos el espíritu de quienes nos precedieron en la historia del movimiento obrero, todavía podemos cambiar el rumbo.

Este 1º de Mayo no puede ser de rituales vacíos ni de desfiles anodinos. Debe ser de combate, de denuncia, de reconstrucción obrera. Hoy más que nunca: Ni pactos ni subvenciones: organización obrera y lucha de clases. Contra la guerra, el capital y sus cómplices sindicales: unidad y acción directa. Porque nadie vendrá a salvarnos. Nuestra fuerza está en nuestras propias manos.