La confianza

OPINIÓN

Pedro Sánchez, en una rueda de prensa.
Pedro Sánchez, en una rueda de prensa. Carlos Luján | EUROPAPRESS

20 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A escasas horas para que llegue oficialmente el verano tendríamos que estar más pendientes de la cuenta atrás para las vacaciones, de las ganas de disfrutar del buen tiempo y de los días largos o de despejar la cabeza preocupándonos de los ‘problemas del primer mundo’ gracias a las influencers que se llaman Patricia Fernández (las y los oviedistas estamos ansiosos de que llegue el día de mañana y, si nada se tuerce, podamos festejar el regreso del Real Oviedo a Primera División veinticuatro años después. ¡Volveremos!).

Sin embargo, desde hace una semana hay una nueva bomba de relojería en la actualidad política española que nadie sabe hasta dónde puede llegar. Yo reconozco que tengo por bandera confiar en la bondad de quien me rodea porque (a menos que me den pie a ello) no tengo razones para sospechar. Además, pienso que para formar parte de un equipo de manera efectiva es imprescindible crear un clima de convivencia sana, y para ello es primordial que nadie se sienta menospreciado ni apartado. Todas y todos sabemos que no vivimos en un mundo perfecto y que inevitablemente nos vamos a cruzar con lo mejor y lo peor de la humanidad (hay quien nos va a ayudar y hay quien nos hará la vida imposible). Lidiar con esta realidad no siempre es fácil, y sin duda alguna las apariencias influyen demasiado a la hora de creer o no a alguien.

Me he querido poner en la piel de Pedro Sánchez. No estoy en su cabeza, pero no hay nada más doloroso que te falle una persona (y si encima es más de una es aún más cruel) por la que pondrías la mano en el fuego. Quiero creer que el Presidente del Gobierno nos está contando toda la verdad y que es la víctima principal de esta historia tan vergonzosa, inaceptable y dura de digerir para la militancia socialista. Yo sigo confiando en él. Creo que es un político limpio y honesto, y aunque es evidente que no ha acertado seleccionando a los encargados de responsabilizarse de la Secretaría de Organización, no es menos cierto que ha sido contundente apartándolos del partido en cuanto se han conocido sus trapos sucios. Queda una vez más demostrado que la corrupción cero no existe (aunque se haya intentado mejorar los controles en las contrataciones y se hayan impulsado medidas de transparencia). Lo que sí es posible es ser coherente con lo que piensas y demostrar que eres intolerante a cualquier tropelía, y hasta el momento el Secretario General del PSOE ha sido firme contra la corrupción.

¿Nos queda mucho más por saber del ‘caso Koldo’? Cuando se declara un incendio, los equipos de bomberos evalúan a su llegada la situación y actúan de una manera u otra en función de su gravedad. Siempre hay un portavoz que se encarga de transmitir a través de los medios de comunicación si el fuego está descontrolado o, si no se ha extinguido totalmente, si está estable y, además, si es poco probable de que sepropague a más hectáreas. Hay muchos factores que inciden en una posible expansión, como puede ser el estado del terreno, las condiciones climatológicas y la capacidad de los equipos y los materiales disponibles con los que cuentan los profesionales para frenar la deflagración. Haciendo una analogía con lo que está viviendo el Partido Socialista Obrero Español desde hace una semana, reconozco que yo no sé catalogar la virulencia de las llamas.

En parte es difícil de pronosticar porque seguirán difundiéndose audios, pero es una incertidumbre en este momento acertar sobre su contenido. Por tanto, es imposible adivinar si habrá más personas involucradas de manera directa o indirecta (el miércoles dimitió Ramón Alzórriz como Secretario de Organización del Partido Socialista de Navarra/Nafarroa) o si el perímetro quemado quedará acotado a José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García.

¿Cómo volver a recuperar la ilusión y la credibilidad? Al PSOE le hizo muchísimo daño, para su reputación, los escándalos de los últimos años de los gobiernos de Felipe González. Parecía que se había aprendido la lección con controles efectivos para evitar prácticas incompatibles con la honradez y la decencia, y fruto de esa enseñanza se había conseguido reconquistar la confianza de muchas y muchos votantes de izquierdas. Hay una cosa que me tranquiliza, y es que Pedro Sánchez es todo un experto en resistir, así que espero que esa racha le dé fuerza y le acompañe en este momento, porque aunque hoy por hoy no triunfaría una moción de censura del PP y Vox, el descrédito es tan doloroso para la marca PSOE que reconozco estar perdido y dubitativo sobre cuál es la mejor salida.

He escuchado, además, voces muy dispares estos últimos días. Por una parte esta golfada no mancha, afortunadamente, la excelente actividad del actual gobierno de coalición (su mandato empezó el 16 de noviembre de 2023 y ninguna de las tres personas implicadas ha formado parte de él en esta legislatura), pero por otra parte pesa demasiado en el recuerdo los malísimos resultados electorales de la época de José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2011. De todas ellas, la opción por la que más me decanto es la de aguantar hasta el final (solamente plantearía un adelanto electoral si no hay presupuestos generales del Estado para 2026).