Buena planificación

OPINIÓN

La afición del Real Oviedo
La afición del Real Oviedo Paco Paredes | EFE

27 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Voy a empezar a creer que para que en Oviedo/Uviéu pase algo bonito e importante tiene que pasar 24 años. En 2015 se rompió una tendencia de más de dos décadas de gobiernos nefastos del Partido Popular al frente del Ayuntamiento, y ahora con el ascenso del Real Oviedo a la máxima categoría del fútbol español, la casualidad ha querido que también se haya alcanzado este objetivo a las puertas de un cuarto de siglo. Mi más sincera enhorabuena a todo el oviedismo, porque hay muy pocos ejemplos similares de resistencia, de fe en unos colores y de éxito (muchos otros equipos en España desaparecieron [como el Salamanca] o fueron refundados [como el Logroñés]).

Aunque tendemos a olvidar muchas cosas (se menosprecia la memoria, algo a lo que le deberíamos dar más importancia en todos los ámbitos), al menos a quienes no arrimaron el hombro cuando el descenso administrativo a tercera (e incluso colaboraron con aquel ‘engendro’ promovido por Gabino de Lorenzo) hoy se les recuerda su actuación, porque en aquellos años se necesitaban todas las manos y esas personas no estuvieron a la altura de las circunstancias (ahora es muy fácil subirse al carro, aunque los hay, como Alfredo Canteli, que no se bajan de la burra y ni tan siquiera se arrepienten de la traición que ejecutaron en 2003). Por supuesto que los jugadores son los responsables de la vuelta a la Primera División (y particularmente Santi Cazorla se merece toda nuestra admiración), al igual que el equipo técnico, la directiva y el resto de empleados del club, pero por mi parte creo que el conjunto de la afición ha sido el pilar fundamental en el resurgir del Real Oviedo.

Reconozco mi máxima admiración por todas las abonadas y accionistas (afortunadamente cada vez se ve a más mujeres, tanto en los terrenos de juego como en las gradas) y por todos los abonados y accionistas que han mantenido un vínculo de unión no solamente con Oviedo/Uviéu como municipio, sino con cada rincón de Asturias/Asturies. No es fácil en estos tiempos en los que el fútbol, que ni mucho menos es lo más importante de la vida, se enfoca más al negocio que al respeto a las y los aficionados. Yo quiero disfrutar al máximo la próxima temporada, aunque reconozco que a priori siento un poco de vértigo por la elevada diferencia con los grandes (pero quien sabe si podremos dar la campanada y ganarles algún partido). Desde ahora espero que se haga una buena planificación para, al menos, mantenerse en la categoría el mayor tiempo posible. Lo que creo que no debemos borrar de nuestra mente es el camino emprendido, y con humildad reconocer en 2026 que a lo largo de los 100 años hubo momentos gloriosos y otros desastrosos.

De todos esos aprendizajes, hemos salido mejores. Hay que alabar el video realizado a modo de despedida con los contrincantes de la temporada finalizada, entre los que se está el Sporting, al que espero que más pronto que tarde también nos acompañe en la liga de las estrellas y podamos los azules ser siempre los victoriosos de los derbis. ¡Hala Oviedo!

Tenía entendido que cada país, dentro de su soberanía, es libre de marcar sus criterios, incluyendo en qué quiere gastar y cuánto quiere destinar a las diferentes partidas presupuestarias. El Presidente de los Estados Unidos, al igual que ya hizo con los aranceles poniendo en vilo al planeta entero, ha exigido a los países pertenecientes a la OTAN destinar un 5% del PIB a gasto en materia de Defensa. Ha habido una única excepción, que es la de Pedro Sánchez, porque el Ministerio que dirige Margarita Robles considera que con llegar al 2,1% es suficiente para alcanzar todos los compromisos adquiridos. Lo elemental es hacer una buena planificación para asumir ese incremento de costes sin que repercuta en recortes sociales ni en subidas de impuestos a la ciudadanía. Me resulta curioso que ante las amenazas de Donald Trump a España haya gente que no le critique por entrometerse donde no le llaman.

¿Pensarían lo mismo si las mismas palabras las hubiera dicho cualquier otro mandatario mundial? Está claro que todo va por barrios, porque si Javier Milei insulta a Pedro Sánchez no pasa nada, pero si abre la boca Nicolás Maduro poco menos que se cae el mundo. Da verdadero pudor leer los mensajes de Mark Rutte y sus actitudes de vasallo y siervo, y aunque apenas tengo conocimiento de su labor en la Alianza Atlántica, me pregunto si tras esta Cumbre en La Haya estamos en buenas manos o si nos conviene más hilar fino y seguir marcando distancias (incluso en las fotos).