La cultura del buen comer

OPINIÓN

Algunos de los productos típicos asturianos muy aptos para hacer un regalo estas navidades
Algunos de los productos típicos asturianos muy aptos para hacer un regalo estas navidades ALIMENTOS DEL PARAÍSO

29 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A los asturianos nos gusta presumir de nuestra tierra. De nuestros paisajes, de nuestro carácter y, sobre todo, de nuestra gastronomía. En Asturias, el buen comer es un estilo de vida y un ritual con el que disfrutar tanto en el día a día como en las ocasiones especiales. Una materia prima de máximo nivel, una cocina basada en la tradición —en muchos casos aderezada por la vanguardia de alguno de los chefs más prestigiosos del país— y unas raciones casi siempre abundantes forman un cóctel que seduce tanto a oriundos como a foriatos. De la fabada o el pote al arroz con leche o los frixuelos, pasando por los tortos o el cachopo. Y, todo ello, regado con una sidra que ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La lista de recetas que triunfan en toda España es extensa.

Para distinguir y proteger esa calidad característica de nuestra despensa, el Principado impulsó hace años la marca «Alimentos del Paraíso Natural». No es solo un sello distintivo en el etiquetado: es una declaración de intenciones que garantiza el origen asturiano, los métodos de producción responsables y el vínculo estrecho con el territorio. Bajo esta marca se agrupan alimentos que no solo destacan por su sabor y autenticidad, sino también por respetar formas de elaboración que han pasado de generación en generación.

En los lineales de tiendas, en mercados o en ferias, cada vez es más frecuente encontrar este sello junto a productos tan reconocibles como la faba asturiana, la ternera, el chosco de Tineo, los quesos artesanos o la sidra natural. También lo llevan mieles, arándanos, pescados y embutidos de calidad contrastada. Esta marca refuerza la identidad gastronómica asturiana, pero además es una herramienta de desarrollo rural: apostar por ella es apostar por quienes trabajan la tierra y el mar con mimo, por la economía local y por un modelo más sostenible.

Ligadas en muchos casos a la marca Alimentos del Paraíso están las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), figuras de protección que garantizan que el producto procede de una zona concreta y que se ha elaborado siguiendo unos criterios tradicionales. En Asturias tenemos ejemplos de gran valor: la Faba Asturiana, base de una fabada que hoy triunfa en restaurantes de todo el país; la Ternera Asturiana; o el Chosco de Tineo, un embutido singular, curado y ahumado, que se ha convertido en todo un símbolo del suroccidente.

También son IGP los Quesos de Afuega’l Pitu y el Queso Casín, dos de los más antiguos y con más personalidad del mapa quesero asturiano, que cuenta con más de 40 variedades. Estas distinciones no son solo medallas honoríficas: permiten acceder a mercados internacionales, protegen frente a imitaciones y ponen en valor una forma de producir ligada al entorno, al clima y a una historia común.

La sidra, patrimonio de todos

Pero si hay un producto que resume como ningún otro la forma asturiana de entender la vida, ese es la sidra. En 2024, la UNESCO reconoció la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Aquí no solo se bebe sidra: se escancia, se comparte, se celebra. Está presente en los chigres de barrio y en los llagares centenarios, en los pueblos más recónditos y en las terrazas urbanas. Es la bebida que acompaña desde una espicha hasta una boda, desde una merienda con amigos hasta una verbena de verano.

Fiestas gastronómicas del verano en Asturias

El calendario estival en Asturias es una auténtica romería del sabor. Cada fin de semana, en algún rincón del Paraíso Natural, se celebra una fiesta gastronómica que gira en torno a un producto local o a una receta tradicional. Julio y agosto se convierten en un festín continuo que combina comida, folclore y paisaje. En Nava, por ejemplo, el Festival de la Sidra Natural reúne a miles de personas para rendir tributo a nuestra bebida más internacional, con degustaciones, escanciadores profesionales y concursos que elevan el nivel.

En Candás, la Fiesta de la Sardina —a principios de agosto— llena el puerto de humo, música y olor a parrilla, con miles de kilos de pescado azul asado al aire libre. Muy cerca, en Luanco, el bonito del norte es el protagonista de unas jornadas en las que los barcos llegan cargados del preciado túnido para transformarse en guisos y conservas con sabor a mar.

En el interior, también hay citas ineludibles: la Fiesta del Cordero en el Prau Llagüezos (Lena), a 1.700 metros de altitud, une naturaleza y tradición pastoril; y en Noreña, en septiembre, la fiesta del Picadillo y el Sabadiego homenajea a una de las villas con más historia chacinera del país.

Durante el verano, cada rincón de Asturias ofrece una oportunidad para comer bien, celebrar lo nuestro y mantener viva la mejor tradición: la de sentarse a la mesa, brindar con sidra y saborear sin prisa lo que la tierra y el mar nos dan.