Envuelto en la llama

OPINIÓN

El incendio forestal declarado en Larouco y que se extendió a Lugo por Montefuraso asciende por el cañón del río Soldón hacía O Courel. En la foto, la vista desde el pueblo de Cruz de Outeiro
El incendio forestal declarado en Larouco y que se extendió a Lugo por Montefuraso asciende por el cañón del río Soldón hacía O Courel. En la foto, la vista desde el pueblo de Cruz de Outeiro Alberto López

19 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Me escondo, hoy, en la niebla del mar Cantábrico. Al otro lado de la cordillera en las sierras que flanquean la meseta cabalgando entre Galicia y el oeste de Catilla y León. Y, un poco más abajo sur de Salamanca y Ávila, se adentra a media Extremadura.

El fuego, el viento, el calor. Trilogía de un equilátero triángulo que no respeta ni bosques, ni casas ni el brillo del sol.

Así se está comportando agosto con la España vacía y vaciada. Son la España que sufre la soledad los 365 días del año. Con la España que dio sabia y sustento durante tantos siglos con el producto de sus tierras y el sudor de sus gentes. Esta España sola y abandona suplica mirada franca, sonrisa viva, alivio urgente.

Esta España, también eres tú, urbanita hijo de emigrante de hace tan solo unas décadas y ya no sientes el picor de la ortiga, el trino del pájaro ni la caricia de la nieve.

Esta España, henchida de victorias, de relucientes medallas, de castillos inexpugnables. De navegantes, conquistadores, misioneros, sin miedo a los mares bravos, ni a la selva virgen, ni a los indios de otros continentes.

Esta España, partida en dos mitades por el humo, el fuego, el abandono y la ausencia de diálogo entre todas y cada una de sus cuatro administraciones.

Esta España mía, nuestra y del emigrante integrado plenamente. Emigrantes hemos sido en un tiempo no lejano allá de los océanos. Y, a penas unas décadas, 15 millones «nos acogieron» en la Europa desarrollada y demócrata.

Que este fuego de agosto nos devuelva entre el dolor, la sensatez de la mirada abierta del mirar al otro no como enemigo u adversario. Sino como hermano unido en el esfuerzo, abrazado en la desgracia y abriendo las puertas al SOL.

Esta España quiero: unida en el esfuerzo, aliente en la lucha y abierto el corazón.