Aunque el sindicato no deja nunca de atender las necesidades de sus decenas de miles de afiliados y afiliadas en Asturies, y del conjunto de la clase trabajadora -negociamos la mayoría de los convenios colectivos e impulsamos acuerdos de concertación que benefician a toda la sociedad-, septiembre es un buen momento para trasladar nuestras reivindicaciones y propuestas ante el curso que se acaba de iniciar. Somos un sindicato sociopolítico y asumimos nuestro papel, así como la responsabilidad que conlleva ser la primera organización en Asturies.
En los próximos meses vamos a seguir empujando por la reducción de la jornada laboral. Ya toca: hace cuarenta y dos años desde la última vez que se llevó a cabo. Y en ese tiempo la productividad y los beneficios empresariales han aumentado exponencialmente en nuestro país. Es hora de que reviertan en quienes lo hacen posible, en las personas trabajadoras. Al contrario de lo que vaticinan los agoreros, que ya erraron pronosticando todo tipo de desastres por la subida del salario mínimo, la reducción de la jornada mejorará la salud laboral y facilitará la conciliación, además de generar nuevos puestos de trabajo.
Falta hace. El pleno empleo es un objetivo irrenunciable. Durante su intervención en la Escuela de Verano de CCOO, el secretario general Unai Sordo explicó que en el camino hacia el pleno empleo hay no obstante algunos obstáculos que debemos salvar. Uno es garantizar que la transición energética haga justicia, con territorios y personas, a la vez que estimula la industria con precios de la electricidad competitivos (sin olvidar el impulso necesario de la I+D). La industria ha sido siempre un sector con empleos más estables y mejor remunerados, que tira de las exportaciones y empuja a otros sectores. Por eso es un sector vital.
Otro sería la vivienda, que no puede convertirse en una barrera para el empleo, como ya está ocurriendo en algunas ciudades y lugares turísticos, particularmente entre las personas jóvenes, con menores ingresos. Es urgente la creación de un amplio parque público de vivienda de alquiler social y la regulación estricta del mercado de alquiler. La vivienda tiene que convertirse efectivamente en un derecho subjetivo. Es un hecho que el mercado laboral asturiano ha tenido una evolución muy positiva en el último año, pero esa mejoría no ha llegado a todo el mundo. Seguimos soportando tasas de paro inasumibles, un desempleo juvenil elevadísimo y cifras preocupantes de paro de larga duración. Por eso es imprescindible exprimir el plan de choque por el empleo destinado a jóvenes, mujeres y personas en paro de larga duración mayores de 45 años, acordado en la concertación a iniciativa de CCOO.
Y necesitamos empleos de calidad: estables, seguros, con derechos. Empleos que nos permitan establecer un plan de futuro. Empleos que no pongan en peligro la salud ni la vida. La mejora del mercado laboral pasa también necesariamente por acabar con las brechas que siguen discriminando a las mujeres y con las violencias machistas (también) en el trabajo. Los empleos decentes incluyen salarios dignos. Y aquí hay mucho margen de mejora. En este 2025 termina la vigencia del V AENC, que ha logrado revertir la pérdida de poder adquisitivo de los años precedentes. Ese es el camino. No hay excusas. O reparto o conflicto.
También estamos reclamando empleos de calidad y salarios dignos en el sector turístico, que cada día va a más en Asturies y que no puede crecer sobre la precariedad laboral. Tampoco a costa de la naturaleza. Y aquí estamos haciendo una apuesta firme por el turismo social, con Perlora como bandera. Conectado con el turismo, pero atendiendo a las necesidades de articulación y cohesión de la propia Asturies, están las infraestructuras. Y en este terreno vamos a seguir reivindicando la puesta al día de la red de cercanías, antes de que sea demasiado tarde, y la parada del primer y del último AVE en la Cuenca del Caudal, entre otras demandas. Continuaremos peleando igualmente por el comercio de proximidad, que necesita protección y apoyo. Solo los necios quieren ocultar que sector del comercio ha perdido, en términos netos, más de 5.000 empleos en los últimos quince años. No necesitamos más grandes multinacionales que hacen languidecer los barrios y precarizan el empleo.
Los servicios públicos son otra piedra angular, prueba de la calidad democrática de una sociedad. Hay que reforzar la sanidad pública (y en particular la atención primaria), con más profesionales, para atender adecuadamente las necesidades de la población en todas las especialidades. Y hay priorizar la salud mental, especialmente entre la juventud. También defendemos la educación pública, con plazas garantizadas y gratuidad real en todas las etapas obligatorias.
Pero una educación pública de calidad implica mejores condiciones laborales para el profesorado. Reclamamos el blindaje de la universidad pública y de la FP frente a quienes no conciben la educación como un derecho, sino como un negocio. Empleo estable con buenos salarios, vivienda garantizada, seguridad y salud en el trabajo, buenas infraestructuras, mejores servicios públicos… son imprescindibles para hacer frente a otro desafío que nos apremia: el envejecimiento demográfico. El objetivo final de CCOO es claro: construir una sociedad donde los derechos laborales, sociales y ambientales sean la base de un nuevo modelo económico al servicio de la clase trabajadora. Con una fiscalidad justa y progresiva. Nuestro compromiso es trabajar por ello.
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