Del caballo a la bici: El Asturcón cambia de montura

RAÚL ÁLVAREZ OVIEDO

OVIEDO

El grupo de estudio sobre el futuro del centro ecuestre de Oviedo analiza una propuesta para convertirlo en la puerta de entrada al Naranco para los ciclistas

23 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que fue centro ecuestre puede ser en el futuro una base para las bicicletas. El grupo de estudio sobre el futuro de El Asturcón creado por el tripartito de Oviedo mantuvo este miércoles su primera reunión de trabajo y escuchó los primeros análisis sobre las posibilidades de las polémicas instalaciones. Aunque el encuentro es solo el primer paso en el proceso para encontrar un nuevo uso ?y puede ser un proceso largo si prospera el recurso judicial de un grupo de usuarios que estabulaban allí sus caballos?, sobre la mesa hay ya algunas posibilidades y la que más gusta de entrada en la Concejalía de Deportes pasa por aprovechar el extraordinario emplazamiento del centro para utilizarlo como vía de acceso al disfrute del Naranco. Desde su base, el uso de la bici se presenta como un medio idea para fomentar a la vez la actividad física y el contacto con la naturaleza a poca distancia del centro urbano.

El concejal, Fernando Villacampa (Somos), prefirió no decantarse por ninguna salida antes de la reunión, concebida como una toma de contacto y una presentación de los integrantes del grupo. Su departamento prevé organizar nuevas sesiones antes del parón vacacional en agosto y aspira a tener un proyecto a tiempo para su inclusión en los presupuestos del próximo año y no demorar la reorientación de uno de los proyectos que todo el tripartito, desde el alcalde a los concejales que no participan en las área de gobierno, consideran uno de los símbolos de la mala gestión de Gabino de Lorenzo. Pero tampoco quiere acelerar los pasos. Lo primero es tener una propuesta del grupo y lo segundo incorporar al acuerdo a sus socios de gobierno.

Villacampa, además, alerta de la existencia de dificultades cuya solución no está en manos de su concejalía. Aunque un juez desestimó el mes pasado tomar medidas cautelares contra el cese del servicio de estabulación de caballos, sigue vivo en los tribunales el recurso de otro grupo de usuarios contra la medida, lo que añade un factor de incertidumbre a los plazos en los que el ayuntamiento podrá disponer plenamente de las instalaciones. Además, cualquier reforma en El Asturcón ?y alguna será necesaria para adaptar las instalaciones a un uso distinto del actual? se topará con las previsibles dificultades presupuestarias municipales tras los últimos reveses judiciales que abocan al pago de indemnizaciones millonarias por las malas decisiones urbanísticas en Villa Magdalena y el palacio de Calatrava.

Lo que se haga, en todo caso, será lo mínimo posible y dentro de un presupuesto ajustado. El actual alcalde, Wenceslao López, ya declaró su hartazgo con las instalaciones al decidir su cierre. Calcula que el centro ha costado a la ciudad 46 millones de euros ?24 por su construcción y 22 por su mantenimiento? en 17 años y que nada justifica una inversión de ese tipo en una actividad tan alejada del núcleo de los servicios que debe prestar un ayuntamiento. Sus socios están de acuerdo y cualquier iniciativa deberá pasar la prueba del coste.

En lo que no habrá marcha atrás será en la ruptura con los usuarios, cuya única opción de evitar el desalojo de sus animales es conseguir una resolución judicial favorable. El equipo de gobierno argumenta que la decisión afecta a un número muy escaso de vecinos del concejo. De los 86 propietarios que aún guardaban sus caballos en los boxes cuando se decidió su cierre, solo 19 están censados en la capital. El resto llegaron atraídos por las subvenciones municipales y por las actividades ?visitas escolares, hipoterapia? organizadas por el ayuntamiento cuando lo dirigía De Lorenzo, cuya yeguada de Onís es uno de los principales criaderos de equinos de Asturias. Una parte del proyecto, presupuestado inicialmente en menos de cuatro millones de euros e inflado después con sucesivas admisiones de sobrecostes, nunca llegó a funcionar de verdad. El hipódromo, que no cumple las condiciones para su homologación, se halla en un estado de total descuido y abandono. Las otras pistas tampoco se usan. Solo el cuidado de los caballos, más barato que en los picaderos privados, mantenía su demanda.