Así cambiarán las líneas de bus urbano de Oviedo

Raúl Álvarez OVIEDO

OVIEDO

PACO RODRÍGUEZ

El ayuntamiento elimina las zonas de sombra sin transporte público en las áreas rurales. Nuevos vehículos de baja capacidad comunicarán los pueblos con el HUCA y el centro

08 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El diseño de las líneas de autobús de Oviedo penaliza a algunos barrios y a toda la zona rural de concejo y requiere cambios. Dos años después de la última gran remodelación del transporte público de la ciudad, la que acabó sustituyó los números por letras en la denominación de cada recorrido, las insuficiencias del nuevo modelo han generado un alud de peticiones vecinales al ayuntamiento para que los vehículos de TUA lleguen a las zonas de sombra del actual mapa. Algunas ya han encontrado el sí del equipo de gobierno y habrá más novedades en las próximas semanas, a medida que la concejala de Infraestructuras, Ana Rivas, complete la ronda de encuentros con las asociaciones que comenzó en mayo. De las reuniones que ha mantenido hasta ahora, ha salido ya el anuncio de la creación de un trayecto exprés entre La Corredoria y El Cristo que acorte la actual travesía del centro urbano, la apertura de servicios de lanzadera para que los vecinos de los pueblos de Villapérez, Naves y Bendones puedan enlazar con las líneas principales. Lo que aún está por decidir son las frecuencias, los horarios y los cambios, tanto en material como en personal, que TUA necesita acometer para hacer frente a las nuevas necesidades del servicio.

El refuerzo de las líneas de autobús fue un asunto central en las campañas electorales separadas de las tres fuerzas del actual tripartito que gobierna el ayuntamiento. El PSOE e IU ya mostraron su oposición al rediseño de las líneas a través de sus representantes en la anterior corporación. Somos no estaba presente en ella, pero su candidata, la actual vicealcaldesa Ana Taboada, hizo hincapié durante su campaña electoral en la necesidad de no dejar desatendidos a los vecinos de la zona rural. El alcalde, Wenceslao López, también ha repetido desde el inicio de su mandato que el diseño del transporte es una de sus prioridades. A su despacho empezaron a llegar peticiones de cambio pocas semanas después de la toma de posesión. La Corredoria, un barrio grande y en expansión, considera excesiva la duración -una hora- del actual trayecto hasta El Cristo, que a diario emprenden muchos estudiantes universitarios o, en sentido contrario, habitantes de la parte alta de la ciudad que acuden a consultas en el HUCA. Rivas ya ha garantizado la apertura de una nueva línea, que se llamará CD, entre el polígono del Espíritu Santo -lugar de destino de muchos trabajadores que ahora no tiene parada propia- y El Cristo. Se detendrá en las paradas más frecuentadas de las líneas C y D, pero se saltará otras, de manera que los autobuses completen su recorrido en solo 40 minutos.

El plan para los pueblos de la zona rural es más sutil. Las estadísticas revelan que el actual diseño llega a zonas sin demanda -la memoria de TUA sobre el año 2015 señala que en 11 paradas de la línea K, la que llega a Latores, no se subió ni bajó ningún pasajero al menos en un mes de todo el año- y, sin embargo, deja fuera de la red a áreas cuyos vecinos sí reclaman unos enlaces más fáciles con el centro. Para resolver esas situaciones, Infraestructuras ha acuñado la etiqueta de transporte de baja capacidad, que implica el uso de vehículos más pequeños -incluso coches o furgonetas- que funcionen como lanzadera entre las paradas rurales y las líneas que van al centro de la ciudad. De esa manera, los habitantes empadronados en Villapérez dispondrán de una tarjeta que les permitirá acercarse al coste de la tarifa ordinaria al instituto de educación secundaria y el centro de salud de La Corredoria,a los que están adscritos, al HUCA y al resto de la red de autobuses para llegar a otras zonas de la ciudad.

De igual manera, los habitantes censados en las parroquias de Naves y Bendones dispondrán de una línea de baja capacidad que, en sus dos extremos, desembocará en la estación de Renfe en Tudela Veguín y en la parada de TUA en San Esteban de las Cruces. De esa manera, podrán hacer transbordos para acceder a la ciudad por dos rutas distintas. Entre medias de las dos cabeceras, esos vehículos de baja capacidad recorrerán seis kilómetros y se detendrán en las localidades de Bendones, Llano del Río, Cortina y Llaneza. El diseño de la línea ya cuenta con la conformidad de las asociaciones de vecinos, que aún están estudiando los horarios. La propuesta municipal pasa por realizar cada día laborable dos servicios por la mañana y otros tantos por la tarde.

En Latores, se ha decidido la ampliación de la línea K hasta Llagú y la modificación de las paradas en Llamaquique y Calvo Sotelo. La otra línea que llega a la población, la M, hará parada en Uría Norte para asumir la demanda de los usuarios.

Sobre la mesa quedan aún otras peticiones. Los habitantes de la falda del Naranco han planteado la recuperación de la antigua línea, ahora suprimida, entre Faro y Latores, mientras que los ayuntamientos de Siero y Las Regueras han demandado que las líneas de TUA lleguen a sus términos municipales para dar servicio a Viella y El Escamplero. Rivas aún tiene pendientes las decisiones sobre esos cambios y concretar con la empresa de autobuses qué cambios son necesarios en su plantilla y su parque móvil para ponerlos en práctica. Ahora, TUA dispone de 66 autobuses y emplea a 180 personas.