Oviedo ya era una ciudad «de película» hace un siglo

Oriol López
Oriol López REDACCIÓN

OVIEDO

Ayuntamiento de Oviedo

Una cinta, rescatada por el ayuntamiento y restaurada por la Filmoteca Española, muestra la vida en las calles de la capital asturiana en 1922

06 abr 2017 . Actualizado a las 22:25 h.

Woody Allen no fue, ni por asomo, el primero en retratar Oviedo a través de un film. Así ha quedado patente a través de la recién restaurada película que tiene como título Un paseo por Oviedo 1922. La cinta, recuperada por el Ayuntamiento de Oviedo y restaurada en colaboración con la Filmoteca Española, muestra el bullicio y la vida de las calles ovetenses pocos años antes de cumplirse el primer cuarto del siglo XX. El rollo de celuloide formaba parte en su origen de la película Asturias, un trabajo realizado con el objetivo de dar a conocer la región «en España y en América», tal como reza su rótulo inicial.

El vídeo, que fue compartido por el ayuntamiento a través de Youtube, refleja la esencia de la ciudad en aquellos años; una esencia que se intuye que, casi un siglo después, prosigue caracterizando a la ciudad. La calle Fruela y la calle Uría ya eran un continuo ir y venir de gente, que caminaba libremente por las calzadas -todavía sin asfaltar- debido a la escasa presencia de automóviles. Lo que sí se puede ver que abundaba en aquella época eran los antiguos carruajes de caballos. Icónicos edificios como el de la Universidad de Oviedo o la Junta del Principado son visitados por la cámara que realizó este reportaje en 1922. Tampoco se olvidaron de captar parajes como el Campo San Francisco y sus paseos, tanto el de los Álamos como el Bombé.

Un detalle que llama la atención es la fascinación que la presencia de la cámara producía en los asturianos. La gente se veía muy atraída por ese objeto, desconocido para muchos, cuanto menos extraño para otros, que rompía con su rutina diaria. En varios fragmentos de la película, principalmente a su paso por las calles Fruela y Uría, se arremolinan ante ella con curiosidad y expectación. Tampoco es extraño que los transeúntes saludasen a lo lejos al camarógrafo mientras retrataba la vida en los diferentes comercios, como camiserías, industrias, talleres mecánicos o academias de enseñanza.

Un derbi muy especial, exhibiciones de vuelo y Covadonga

Uno de los momentos más reseñables del film es un partido de fútbol. No se trata de un partido cualquiera, sino uno de los primeros derbis que se jugaron en el Principado entre sus dos equipos más representativos. El Real Stadium Club Ovetense -germen de lo que sería el Real Oviedo tras fusionarse con el Real Club Deportivo Oviedo- y el Real Sporting de Gijón se enfrentaron en el campo de Llamaquique, donde disputaron un partido de «foot-ball», según la grafía de la época. Los hinchas ya eran numerosos en aquellos tiempos, reflejando el documento que no había espacio para ni un solo aficionado más. Hubo incluso algún que otro empujón para disfrutar del encuentro con buenas vistas, el cual comenzó con la presentación de ambos equipos ante la cámara antes de echar a correr hacia el centro del campo.

Además del choque futbolístico, habría lugar para más exhibiciones. En este caso también quedó registrada la demostración de vuelo del sr. Cayón, conocido como el Rey del Aire, en su avioneta junto con un periodista de la época, el sr. La Justicia. Ambos despegaron en el vehículo, pilotado por Cayón que, tras sobrevolar la capital asturiana realizando una «arriesgada demostración», aterrizaron para recibir la bienvenida y los vítores de los ovetenses.

Por último, la cinta también tiene lugar para otros espacios además de Oviedo. El trabajo se cierra con unas grabaciones realizadas en Cangas de Onís y en Covadonga, donde se muestran algunos de los atractivos de la zona como la cueva de La Santina, el puente romano de Cangas o la Basílica de Covadonga, a la que llegó un grupo de peregrinos procedentes de Oviedo.