¿Sabes lo que es la medicina regenerativa ocular?

Oriol López
Oriol López OVIEDO

OVIEDO

La oftalmóloga Cristina Peris (c) junto a sus compañeros de ponencia
La oftalmóloga Cristina Peris (c) junto a sus compañeros de ponencia Oriol López

La oftalmóloga Cristina Peris, junto a otros profesionales, desvela los detalles de esta terapia en SECOIR 2017

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No es un tratamiento moderno, pero sí novedoso. Y está, por cierto, teniendo un gran éxito en el tratamiento de ciertas patologías oculares, en concreto en las de la córnea. Probablemente no todo el mundo sepa a qué se hace referencia: se trata de la medicina regenerativa ocular. Es el tipo de terapia en la que se trata de imitar los mecanismos que el propio cuerpo humano utiliza de manera natural para regenerarse o reparar daños sufridos y cuenta con diversas aplicaciones -no solamente en oftalmología-. «Cada dos por tres estamos sometidos a estrés, como el envejecimiento y las agresiones externas. Los tejidos se deterioran, pero a la vez se regeneran. La medicina regenerativa intenta aprovechar lo que la propia naturaleza hace y trata de emularlo», explica Cristina Peris, oftalmóloga especialista en córnea. La médico ha visitado Oviedo para asistir al Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractiva (SECOIR), donde junto a otros colegas de profesión procedentes de diversos puntos del país han desvelado las claves de este tipo de terapias.

Como tratamiento que trata de imitar los procesos que el cuerpo humano realiza naturalmente, sus principales bases se sustentan sobre el tejido del propio paciente, aunque el trasplante de tejido artificial también sea contemplado. Los principales tratamientos oftalmológicos -y dirigidos a la reparación córnea- utilizan en la actualidad las células madre o la regeneración mediante el factor de crecimiento. Esta última técnica es sobre la que se explayaron Peris y sus compañeros en el Palacio de Congresos Ciudad de Oviedo. «La superficie ocular tiene mucha importancia porque allí están localizadas las llamadas células madre, que están cambiando continuamente las células epiteliales para mantener la córnea transparente. Hay muchas patologías en las que deja se ser transparente porque no se regenera bien», desarrolla la doctora.

«Materia prima» del propio paciente

¿Cuál es la materia prima para la creación de los tratamientos? Una procedente del propio paciente: su sangre. En ella los factores de crecimiento están en una concentración muy alta en las plaquetas. A la sangre extraida se le aplica un método que pasa por un centrifugado y la aplicación de citratos para aislar los distintos compuestos y quedarse con los que interesan; básicamente suero y plaquetas. Hace un siglo se extraía la sangre del sujeto y se le inyectaba bajo la conjuntiva, pero sin modificar. «Nos dimos cuenta de que la sangre completa no hace falta sino solo el plasma, sin las células y sin los factores de coagulación. Le vas quitando cosas y te quedas con los factores de crecimiento que se encuentran en las plaquetas», cuenta la oftalmóloga. «Luego se utiliza para tratar de elaborar un colirio», comenta Peris, aunque no se queda solo ahí. Además de ese remedio también se puede obtener una membrana, un coágulo o un inyectable. Se usará uno u otro en función del tipo de lesión superficial del ojo que se pretenda reparar. Además, presenta la ventaja de que no genera rechazo porque procede de tejidos del propio paciente.

En cuanto a los nuevos retos que afrontará próximamente la medicina regenerativa ocular, Peris destaca uno en concreto. «Se ha de intentar elaborar una lágrima artificial más similar a la humana», señala. La lagrima del ojo es «fundamental» para que la córnea se regenere y esté transparente y, hasta ahora, lo que se ha podido emular es la capa acuosa, pero ninguna otra más. «Tampoco la arquitectura de la lágrima», concreta. El objetivo final sería no solo sintetizar una lagrima artificial lo más parecida a la humana, sino que fuera idéntica a la de los bebés. «Son más ricas para mantener la superficie ocular libre de enfermedades», concluye la doctora.