Una noche de vigilia para obtener libros de texto gratis

Natasha Martín OVIEDO

OVIEDO

Familias ovetenses pasan la noche a la intemperie para hacerse con volúmenes del banco de libros

25 jul 2017 . Actualizado a las 18:51 h.

El Ayuntamiento de Oviedo y Cruz Roja han puesto en marcha un año más el «Banco de libros de texto», una iniciativa con la que se busca aliviar la gran carga económica que acompaña a las familias en la vuelta al cole. Con una política de «dar para recibir», sin filtros a nivel económico, se busca que todo aquel que lo necesite pueda participar dando y recibiendo hasta 8 libros de texto por hijo a cargo en el centro de estudios Vetusta.

Esta iniciativa, pionera en Oviedo, cumple 5 años y «cada vez viene más gente», asegura Ángela Soto, Coordinadora de Banco de Libros. Las deficiencias de los primeros años se han ido puliendo para poder llegar a atender a todos los interesados de una manera organizada: «Primero nos aseguramos de que los libros estén en vigor, en buen estado y completos. Después, en las entregas, tomamos un modelo de numeración. Entregamos un papel con un número por orden de llegada para garantizar la atención y el descanso de los voluntarios a lo largo de los días establecidos en cada fase».

La dotación de libros no asegura la retirada de los mismos. Puede suceder que cuando llegue el turno de una familia no se disponga de los libros requeridos para el intercambio. Por eso, comenta Soto, son muchos los que deciden pasar la noche a la intemperie: «Sucede todos los años. La gente pasa la noche aquí para conseguir los libros lo antes posible». No obstante, en la primera sesión de recogida (del 24 al 28 de julio), «todo el mundo se está llevando lo que necesita». Los libros más complicados de conseguir son los de segundo de bachillerato. «Será que una vez terminan los queman en San Juan», bromea la Coordinadora de la iniciativa.

Tiempo invertido para el ahorro

Hasta 135 números se han repartido en la primera sesión de entrega de libros, lo que se traduce en invertir buena parte del tiempo de los interesados esperando. René Benito y Verónica Espina empezaron a hacer cola a las afueras de Vetusta, el primer día de entrega, a las 7.15 de la mañana y ya tenían a 21 personas por delante. Descubrieron este banco de libros a través de redes sociales y confían en que pueda servirles para ahorrar: «El curso pasado, en primaria, gastamos casi 300 euros solo en libros. Este año podremos ahorrar un poco más». A estos padres el ritmo de atención les preocupa: «Van demasiado despacio y puede que cuando entremos no haya ninguno de los que buscamos». Asimismo, consideran que en Oviedo no hay suficientes iniciativas como esta. Creen que Gijón es la ciudad en la que «hay más y funcionan bastante bien».

Con actitud distendida se tomaron esas esperas Marisa y Eva Valdés, que se enteraron de este proyecto de intercambio de libros a través de otras madres y amigos. «Con que nos den dos libros ya nos ahorramos 60 euros», comentan. Siendo este el primer año que acuden, se plantearán para los siguientes hacer noche: «Si por pasar la noche ganas unos libros que sobrepasan los 200 euros es como si lo hubieses ganado». En cuanto a la organización, consideran que es la adecuada pero también les preocupa no obtener los libros que necesitan: «En la fase de recogida dimos 12 entre las dos. Si en la entrega los conseguimos todos estaremos cubiertas durante este curso».

Diferente es el caso de Luis Álvarez, que acudió a la cita a las 6.30 de la mañana y aun así no logró ser de los primeros en recibir un número de atención. «Hace dos años vino mi mujer y no había tanta gente», comenta. En cuanto a la iniciativa, considera que «con alguno que consigas ya puedes reducir algo la factura». Además, en Oviedo, es de las más completas pues, aunque haya institutos que cuenten con un banco de libros «la oferta es más escasa y aquí los miran bien para garantizar un estado óptimo del material». Si bien, cuenta Álvarez, todo sería más sencillo «si unificaran los libros en los centros de una misma ciudad; funcionaría mucho mejor en materia de traslados, por ejemplo».

«Los libros de texto no son baratos»

Cristina Cestero salió a las 12 de la mañana con los libros que necesitaba. Cestero asegura que «cada año la organización va mejor. Con pocos medios hacen lo que pueden y ahora hay mucho control para asegurar el buen estado de los libros». El ahorro que experimenta es notable porque «los libros de texto no son precisamente baratos», pero sus motivaciones son otras: «Lo hago porque cuando acaba el curso estos libros no los necesitamos y con estas iniciativas otros los pueden aprovechar».

A pesar de la ayuda, Cestero apunta a las editoriales como la base de las dificultades económicas de las familias en cada año escolar: «Cada cuatro años cambian las ediciones de los libros y eso perjudica mucho ya que si tienes más de un hijo no se pueden beneficiar del material entre ellos. Es un sistema de enriquecimiento».

Su opinión viene dada de la experiencia de su educación en un colegio en el extranjero: «Allí, el propio centro organizaba un banco de libros eficiente. Firmabas un acuerdo de no deterioro y te garantizaban los libros de texto para cada curso». El gasto que ella experimenta en la actualidad era una inversión en su propia familia cuando estudiaba: «No gastábamos nada en libros por obligación y las editoriales seguían teniendo su negocio, pero por otras vías». Este sistema, afirma, no entró en conflicto con la novedad de sus conocimientos pues «si faltaba algo los profesores se encargaban de anexar la información nueva sin problemas».

Para que el máximo número posible de familias se pueda beneficiar del banco de libros del Ayuntamiento de Oviedo y Cruz Roja, en septiembre se abrirá una nueva convocatoria: del 4 al 7 de ese mes la recogida y del 11 al 15 la entrega. Además, habrá una fase de stock, del 18 al 22 de septiembre, en la que no será necesario haber dado algún libro de texto para obtenerlo.