Oviedo se pone «bollu» para San Mateo

La Voz REDACCIÓN

OVIEDO

El campo de San Francisco, el enclave preferido de la ciudadanía para este día festivo, es el epicentro de una jornada que culminará con diversas actuaciones culturales

21 sep 2018 . Actualizado a las 20:53 h.

Oviedo presenta un viernes con un cielo grisáceo pero nada de eso amedrenta a su ciudadanía que, bollo en una mano y sidra en la otra, se dispone a celebrar su día más especial: San Mateo. Desde las diez de la mañana, la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) reparte en la plaza de España de la capital asturiana el tradicional pan con chorizo y la botella de vino a sus socios. Este año se reparten un total de 2.200 bollos aunque no sin polémica, ya que la SOF se ha tenido que enfrentar a las quejas de algunos socios que se han topado con que su nombre no figura en la lista de recogida por no tener el pago al día. Tampoco existe la posibilidad de pagarlo en el acto, ya que las unidades son limitadas. Un percance que ha trastocado los planes de algunos.

No obstante, la fiesta continúa. El Parque San Francisco ya se encuentra abarrotado de gente. Cientos de personas aprovechan la ocasión para reunirse con familiares y amigos y disfrutar de una agradable jornada en la que el bollo preaño es el protagonista. Eso sí, en las mesas y manteles que llenan el parque pueden verse menús muy variados, desde empanadas y tortillas hasta tápers de macarrones con queso. Los platos que hagan falta para que nadie se quede con hambre. Esa ha sido la intención de la familia Alonso. «Mañana podremos comer lo que nos sobre hoy, si cada matrimonio trae una tortilla imagínate», cuentan. Los Alonso celebran el día del bollo cada año, «solo que esta vez nos hemos cambiado de árbol». En sus manteles pueden verse pechugas de pollo, filetes, escalopines, empanadas además de un amplio surtido de bebidas. Todo preparado en casa con mucho cariño.

Toño Bernardo, sin embargo, ha salido de casa con las manos vacías. Miembro de la SOF, se acercaba a media mañana a por su bollo y su botella de vino. «La bebida la cogemos en los chiringuitos», explica. Hoy, Bernardo y sus amigos, todos con niños, se encuentran bien ubicados cerca del parque para que los más pequeños puedan disfrutar lo máximo posible. Aunque no siempre han aprovechado este día festivo en Oviedo. «Venimos al bollo desde que no salimos por la noche», cuenta entre risas.

También amigos, desde hace más de cuarenta años, Paz Suárez y sus compañeros, todos de Oviedo, se reúnen cada San Mateo alrededor de mucha comida y mucha sidra. Bollos, tortilla, queso, dulce y hasta un buen bizcocho casero. La bebida, sin embargo, la consumen en los chiringuitos. «La compramos aquí para contribuir con ellos, que se lo merecen mucho», explica. El día, a pesar de nublado, para ellos pinta bueno y largo. «No tenemos prisa porque somos pensionistas», afirma divertida.

Por su parte, el alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, ha afirmado que pese a los «agoreros» -en referencia a las críticas del PP y Ciudadanos a la programación-, las fiestas de San Mateo han sido «un éxito». López ha destacado la alta participación que, a su juicio, ha habido en los actos programados con motivo de las fiestas patronales de la capital asturiana. «La ciudadanía está encantada y se ha echado a la calle a disfrutar», ha destacado López, que ha puesto en valor el «esfuerzo» que se ha realizado desde el Ayuntamiento y la Fundación Municipal de Cultural para llevar adelante la programación. En la misma línea, el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, ha señalado que ha sido un año «especial», ya que se han abierto a otros espectáculos y sensibilidades, como se vio reflejado con los invitados de Nueva Orleans en el Día de América en Asturias. El edil se ha mostrado muy satisfecho con la programación «de calidad» y la «movilización social», ya que miles de personas se han echado a las calles para disfrutar de las fiestas.

Y San Mateo se acerca a su final pero aún queda un fin de semana lleno de festejos para despedir la celebración que da por finalizada la temporada estival para dar la bienvenida al otoño.