Los ovetenses se posicionan sobre el traslado de los restos de Franco

Claudia Granda OVIEDO

OVIEDO

Cruz del Valle de los Caidos
Cruz del Valle de los Caidos SERGIO PEREZ | Reuter

Esta es la opinión de los ciudadanos ante la posibilidad de que la tumba del dictador se instale en la capital

14 nov 2018 . Actualizado a las 08:45 h.

La incógnita ante la nueva ubicación de los restos de Franco continúa. Por el momento, persisten los retrasos sobre el inicio de los trabajos en el Valle de los Caídos y las posibilidades de que la nueva tumba del dictador se sitúe en Oviedo se duplican. Hace apenas una semana se sabía que la familia de Franco tiene un nicho en la Basílica San Juan el Real de Oviedo, a la que podrían trasladarse los restos sin ningún impedimento dado que, tal y como aseguraba el párroco, es una propiedad privada. La Hermandad de Defensores de Oviedo también tiene hueco para él en su panteón en el Cementerio de San Salvador, y así se lo han trasladado a través de Luis Alfonso de Bordbón. Pero, ¿qué opina la ciudadanía ante tal posibilidad?

Paulino Fernández, natural de Oviedo, lleva casi toda su vida en América y ha vuelto a la ciudad recientemente. Para él lo necesario sería perdonar y olvidar. «La República mató a todos los que pudo y el Franquismo también. En algún lado tendrán que acabar los restos». A María Lara le tocó vivir su juventud bajo la dictadura de Franco y asegura que no le importaría que sus restos llegasen a la ciudad. «Además, su mujer era de aquí», añade. La postura de Francisco Álvarez es totalmente indiferente. «Me da lo mismo, si los traen aquí no me voy a enfadar», asegura.

Santiago López asegura que este tema «se ha creado para sacar votos, no aporta nada a la sociedad». El ovetense cree que no es necesario dedicarle tiempo al pasado. «Hay cosas más importantes», zanja. Mercedes Rodríguez, que también ha vivido el franquismo durante su juventud y madurez es mucho más tajante. «Que se vayan a la mierdina, ¿para qué lo queremos aquí?», se pregunta.

La opinión de Raquel Rivera depende del lugar en el que descansaría el caudillo. «No me parecería correcto que los trajeran y los pusieran en un sitio con honores, pero es para meterlos al cementerio me da igual», señala. «No se merece homenajes, pero si una parte de la población quiere hacérselos, que los disfrute», añade.

La postura del sector más joven es, generalmente, de indiferencia hacia el generalísimo. Al igual que a Rivera, Ángela Fernández cree que la familia del dictador es libre de llevarlo a su nicho privado. «Otra cosa es que el espacio sea público. Si es así prefiero que lo incineren y lo tiren. Que desaparezca y no puedan ir a verlo, o que se lo lleven a su casa y lo respete su familia», explica. 

A Carlos Pumares y Eduardo Ajenjo el traslado de los restos del caudillo a Oviedo no les quita el sueño. «Creo que se dedica demasiado esfuerzo para alguien que está muerto», afirma Pumares. «Pueden utilizar los recursos para preocuparse por otras cosas que por un hombre que falleció hace 33 años», añade Ajenjo. Del mismo modo opina José Manuel Fernández. «Ni molesta donde está, ni molestará donde lo lleven. Molestan más los vivos», afirma.