«Los hombres no tiene que ayudar en la casa, sino encargarse de ella»

Raúl Álvarez OVIEDO

OVIEDO

Uno de los talleres de la asociación Ir Palante
Uno de los talleres de la asociación Ir Palante TOMÁS MUGUETA

Ir Palante es una asociación que trabaja desde 2013 que ayuda de forma destacada a las mujeres

03 abr 2019 . Actualizado a las 11:24 h.

Ir Palante trabaja desde 2013 para mejorar la educación de colectivos desfavorecidos y eso significa atender de manera destacada a las mujeres. «Claro que creemos que son un grupo desfavorecido, en especial las que se ven atrapadas por la combinación de factores como las cargas familiares, la discapacidad y la violencia contra ellas», apunta María Isabel Díaz, la presidenta que encabeza una asociación con 30 socios y mucho trabajo voluntario. «A las entidades pequeñas las subvenciones casi nos supones más quebraderos de cabeza que ayudas. Al final, necesitas trabajadores que las gestionen y eso suma costes. No somos como las grandes organizaciones con una estructura y personal propio», apunta.

Con lo que tiene, Ir Palante hace todo lo que el tiempo le permite: escuelas de madres y padres, talleres de desarrollo persona, terapias familiares a domicilio y coaching para la búsqueda de empleo. Sus proyectos se centran en el ámbito educativo y en los servicios a la comunidad. Díaz opina que se necesita más coeducación en las escuelas y que, más allá de esa docencia con los mismos valores para las niñas y los niños, en la formación pueden encontrarse las herramientas para terminar con la segregación que acaba encaminando a las mujeres hacia los sectores productivos con mayores tasas de precariedad y temporalidad en el empleo y, además, con los sueldos más bajos. «Tiene que ver con nuestro proceso de socialización. Hoy los buenos trabajos están en las disciplinas científicas y tecnológicas. Ya no basta con darle un empleo a alguien. Tiene que ser de calidad y tiene que dar para vivir. La automatización es un problema que afecta de lleno a las mujeres porque elimina puestos que tradicionalmente hemos ocupado. Piense en las cajas automáticas que ya hay en algunos en supermercados», apunta.

La otra línea en la que Ir Palante hace hincapié es la conciliación en el hogar. «Hasta esa palabra se ha quedado obsoleta. De lo que toca hablar es de corresponsabilidad. Los hombres no tiene que ayudar en la casa, sino encargarse de ella. Las administraciones tampoco ayudan. Cuando el Servicio de Empleo organiza cursos de formación a las ocho de la mañana, no piensa en quien debe llevar a sus hijos al colegio. Luego nos quejamos porque hay pocos niños», añade Díaz.

La presidenta de Ir Palante reconoce buena voluntad en el Ayuntamiento al poner en marcha el Consejo de la Mujer y el Plan de Igualdad, pero señala que aún es pronto para analizar su funcionamiento. Grandes medidas aparte, señala que en manos de la administración local hay otros detalles, no siempre relacionados con grandes presupuestos, cuya mejora facilitaría la vida y la labor de las asociaciones. La suya tiene su sede en el hotel de Pumarín, donde el teléfono no funciona desde hace un año. Simplemente, se estropeó y nadie lo ha arreglado en todo ese tiempo. Ellos han acabado por comprarse uno propio. Los proyectores son otro elemento muy cotizado porque su escasez los hace valiosos. «Hay que solicitarlo con dos semanas de antelación cada vez que organizas algo», lamenta. Solo la entrega de los voluntarios permite llevar a cabo todas las actividades en esas circunstancias.

¿Compensa? Sí. Por ejemplo, en esos momentos en que los estudiantes de secundaria explican a los de primaria con sus propias palabras qué es la coeducación y por qué importa o les dan clase de cualquier materia. Eso es Palante en acción.