Los guardianes del Monte Naranco

claudia granda OVIEDO

OVIEDO

Ruta por el Monte Naranco
Ruta por el Monte Naranco Manos por el Naranco

Las asociaciones «Todos Unidos por el Naranco» y «Manos por el Naranco» se encargan de cuidar y preservar este icono ovetense

18 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Con sus 634 metros de altura, el Monte Naranco es una de las figuras más representativas (si no la que más) de la ciudad de Oviedo. Las vistas que ofrece de la ciudad desde lo alto de su cima son incomparables. También desde cualquier extremo al que te asomes, mires donde mires quedarás sorprendido por lo que puedas alcanzar a ver. La importancia de este monte para los ovetenses y vecinos de otros concejos (el monte también se encuentra en los ayuntamientos de Siero, Las Regueras y Llanera) hace que desde tiempos inmemoriales existan asociaciones encargadas de su preservación. Los que podríamos llamar «Guardianes del Naranco». Actualmente, en la capital existen dos asociaciones que velan por su bienestar: «Todos Unidos por el Naranco» y «Manos por el Naranco».

Ambas han tomado el testigo de otra mucho más longeva y ya extinta «Amigos del Naranco». Ya en los años veinte del siglo pasado fueron muchos los naturalistas que se unieron, a raíz de organizaciones que ya existían en otras comunidades como Cataluña, para defender los derechos y situación de este monte icónico. Tal y como cuenta Ángel del Valle, presidente y fundador de «Todos Unidos por el Naranco» y miembro también de la organización extinta, en los años 30 lograron subir durante la jira alrededor de 15.000 personas. 

Desgraciadamente con el paso de los años sus socios fueron envejeciendo y las nuevas generaciones no cubrían esos huecos. La asociación terminó desapareciendo hasta que, algunos de los que quedaban, los más jóvenes, se reunieron para hacerla renacer bajo otro nombre y con una filosofía algo más diferente. Más reivindicativa y menos académica. Actualmente, en esta plataforma están agrupadas las asociaciones de vecinos de La Peña, Los Pastores de Ules, La Centralilla, Fuentes del Pando, Fitoria-Villamejil, El Fondín de Brañes, además de la asociación ANA, el colectivo el Texedal así como varios grupos de montaña.

Sus principales objetivos se centran en lograr dotar al Naranco de una figura jurídica de protección. «Lo ideal sería que el monte, o al menos sus sitios clave, la tuviesen», asegura del Valle que actualmente centra su preocupación en el crecimiento de las canteras en la zona norte. «Nuestra intención es ir acortando las ampliaciones previstas y recuperar las tierras perdidas». Su explicación es simple: si se permite hacer una cantera, lo justo sería que los terrenos se allanaran y reforestaran. «A la vez que se va explotando, se va recuperando». Pero no con cualquier árbol, sino con todos aquellos que hace más de un siglo poblaban el monte: robles, castaños, abedules y hayas. 

Y es que la principal premisa de este grupo es la de no agresión al monte. Por este motivo, no será difícil entender que se posicionen en contra de la creación de túneles en el Naranco. «Lo tenemos claro, ni con ellos ni sin ellos, no queremos saber nada de la Ronda Norte», declara del Valle que, a pesar de no haber vivido en la zona asegura sentirse como si lo hiciera. Del mismo modo opina Carlos Fernández del Valle, presidente de la asociación Manos por el Naranco. «Es un disparate innecesario, además de que generaría un impacto visual y medioambiental brutal. Es bastante triste que los grupos políticos no hablen de otras cosas relativas al Naranco», explica.

«Manos por el Naranco» nació hace ahora cinco años de la mano del sector más joven de la extinta «Amigos del Naranco». Su lema es claro y directo: «El monte lo que necesita es que le dejen ser él mismo. Un bosque y un entorno natural», así de claro habla Fernández Llaneza que asegura que ni la Ronda Norte ni las canteras son los mayores problemas del lugar, sino la indiferencia de la ciudad. 

Fue el amor por este monte ovetense lo que llevó a esta asociación a recuperar una de las fiestas populares también perdidas con el paso de los años, la Jira al Naranco. El 7 de julio de 1929 se celebraba la primera edición de este evento que reunió a 15.000 personas. Manos por el Naranco quería seguir los pasos de sus antecesores. Y lo consiguieron. No en número de asistentes pero si en intención y celebración.

Pero amar el Naranco no significa únicamente celebrar una fiesta en su honor. Es también cuidarlo y protegerlo. Y de esto sabe mucho esta asociación que a o largo de su trayectoria ha recogido ya toneladas de basura. Algo también muy importante «aunque no salga en la prensa», afirma Fernández Llaneza. Ahora su atención se centra en las próximo Ciclo de conferencias entorno al Naranco, que comenzará el próximo 25 de abril  a las 19:30 horas en el Real Instituto de Estudios Asturianos con «La Ronda Norte de Oviedo, ¿Infraestructura necesaria?». Dentro de estas conferencias se hablará de la importancia del monte en la ciudad de Oviedo así como de su fauna o los instrumentos jurídicos para su protección. Porque, como asegura el presidente de esta asociación «lo que no se conoce no se ama y lo que no se ama no se respeta».