El futuro al que nos debemos

OVIEDO

La nieve en la Universidad de Oviedo
La nieve en la Universidad de Oviedo

El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, analiza los retos y fortalezas de la institución educativa y su relación con el ayuntamiento de la ciudad

09 jul 2019 . Actualizado a las 16:44 h.

Los sueños más ambiciosos construyen realidades extraordinarias. Eso resumiría la forma en que, tras muchas vicisitudes, en 1608 se puso en marcha el anhelo que Fernando de Valdés Salas legó como última voluntad: la puesta en marcha de una Universidad en la ciudad de Oviedo/Uviéu. Lo hizo, como recuerda la investigadora Ana Quijada, distanciada del modelo que quería el que fuera prelado, ya que el Cabildo de la catedral y el ayuntamiento se opusieron a que fuera el de la Universidad del Cardenal Cisneros, dedicada solo a la formación de eclesiásticos. Una oposición que marcaría definitivamente el destino de nuestra institución académica ya que las personas testamentarias, vista la situación, terminarían inclinándose por la creación de una universidad de carácter seglar, razón por la hubieron solicitar la preceptiva aprobación papal. Entre las razones que esgrimían para ello, Quijada señala que hacían hincapié «en el argumento cultural que subrayaba que, puesto que en todo el Principado no existía otro estudio general, aquellos que podían permitírselo económicamente -más bien pocos- se veían impelidos a acudir a otras provincias. Las principales Universidades de destino eran Salamanca y Valladolid por ese orden, ya que en la primera había varios colegios a los que los asturianos podían acudir becados. [….] Otro argumento que se manejaba en la súplica era el geográfico, la lejanía con otras provincias y la dificultad de la orografía asturiana de entorno montañoso y de trabajoso acceso, que fomentaba el aislamiento generalizado en todos los ámbitos». Obtenida la bula, nacía una institución académica de naturaleza universitaria que hoy, cuatrocientos once años después, sigue siendo única y vital para el desarrollo de Asturias; una comunidad situada en la periferia del Estado, con una idiosincrasia que hace que la Universidad juegue un papel vital para el conocimiento de su cultura y patrimonio, para la investigación de todo su potencial, la colaboración con otras instituciones y empresas, y, en definitiva, para el futuro de su sociedad.

Qué decir tiene que, desde su mismo nacimiento, la Universidad está completamente imbricada en la ciudad donde se originó, y desde la que extendió su crecimiento hacia el resto del territorio de la comunidad, creando nuevos centros en otras localidades y, sobremanera, saliendo de los muros sobre los que fue edificada para hacer Asturias y que Asturias la hiciera. La ciudad de Oviedo/Uviéu fue colaboradora necesaria para que la Universidad llegase a ser la que es hoy: una institución integrada por 22.000 estudiantes, 2.000 investigadores e investigadoras y docentes, y 1.000 trabajadores de Administración y Servicios; pionera en las movilidades internacionales, fundadora de la Extensión Universitaria, y una de las primeras universidades españolas en obtener la acreditación como Campus de Excelencia Internacional el 26 de noviembre de 2009 con el proyecto CEI Asturias-Ad Futurum que agrupa a más de 300 instituciones, empresas y centros tecnológicos, habiendo consolidado este sello de excelencia y sus objetivos a través de su plan estratégico 2018-2022. Una academia que en la capital de Asturias tiene 5 campus los cuales, en este curso 2018-2019, atraen a la ciudad diariamente 13.238 estudiantes que cursan las titulaciones de grado; 1.467 de másteres; 1.606 de doctorado; 426 personas matriculadas en el Programa Universitario para Mayores (PUMUO) y que, a través de los colegios mayores San Gregorio y América acoge este año a 168 colegiales y colegialas. Inclusión, deporte, tejido asociativo, iniciativas culturales y formación tanto en competencias idiomáticas a través de La Casa de las Lenguas u otras habilidades transversales, son áreas en las que la Universidad se abre a la sociedad haciéndola partícipe de su actividad, al tiempo que recibe el impulso de la ciudadanía, escuchando sus inquietudes y demandas, y asumiéndolas como parte de la preocupación que ha de atender en sus trabajos. Por ello, desde la Universidad tenemos especial interés en colaborar con diferentes entidades de la ciudad, y cada día trabajamos en estrecha colaboración con el Ayuntamiento para desarrollar todo tipo de programas.

A este fin, este pasado 23 de abril suscribíamos un acuerdo marco de cooperación con el fin de agilizar nuestras acciones conjuntas que abarcan desde la promoción de todo tipo de actividades culturales y académicas; la conservación y difusión del patrimonio histórico-cultural así como del turismo cultural; la implantación de estudios de posgrado de interés para la ciudad, además del establecimiento de planes de formación para las  personas trabajadoras de ambas entidades, y el desarrollo de proyectos de investigación e innovación, al fomento de proyectos de emprendimiento, especialmente en aquellos sectores en los que la ciudad aspira a ser -y será- un referente, tecnologías de la comunicación y de la información, cultura, turismo, comercio, biotecnología, la biomedicina y los servicios. Y en este punto podemos destacar programas fundamentales como Oviedo Siembra Talento; Explorer; Sí, somos innovación, o el recientemente presentado Dream Big que fue acogido con gran éxito.

El Ayuntamiento se ha asentado además como un colaborador imprescindible para nuestra institución al promover prácticas para nuestros egresados y egresadas, así como al poner en marcha becas de investigación en el propio consistorio. Porque, desde nuestro origen, ambas instituciones caminamos en sintonía, entendiendo que hablar de futuro es hablar de personas y ocuparse de procurar todas las oportunidades posibles para que su talento pueda desarrollarse, lo que siempre tendrá una repercusión positiva sobre nuestra tierra. Por esa misma razón, esta es la ciudad que cada año acoge nuestras Jornadas de Orientación Universitaria; el programa de la Semana de la Ciencia que en 2020 cumplirá ya veinte años; los campus de verano y la Noche Europea de los Investigadores; la que estos días pondrá los Ojos de Ciencia en sus mupis, sorprendiendo a las y los viandantes a su paso, y la que ha centrado una de las últimas acciones de nuestra Universidad: la inauguración de nuestro proyecto Universidad para peques en las nuevas instalaciones de nuestra librería en la Plaza de Riego con el fin de despertar las vocaciones científicas entre las y los niños más pequeños. La razón sigue siendo la misma que hace más de cuatrocientos años: porque los sueños más ambiciosos construyen realidades extraordinarias, y a ellas nos debemos.