Búnkeres, galerías y nidos de ametralladora: La huella de la Guerra Civil que la construcción borró de Oviedo

OVIEDO

Rubén Ilesies y Javier Rubiera junto a uno de los nidos de ametralladora de la Guerra Civil que queda en el entorno del HUCA
Rubén Ilesies y Javier Rubiera junto a uno de los nidos de ametralladora de la Guerra Civil que queda en el entorno del HUCA J. F. D.

Vecinos de Guillén Lafuerza piden atención para los vestigios que quedan del conflicto, plantean una ruta para atraer turistas y lamentan la falta de atención a estos elementos: «Acabaron con todo el patrimonio del barrio»

14 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Había sido parte del frente de la Guerra Civil y al acabar el conflicto se convirtió en zona residencial. En la zona este de Oviedo, como ocurrió en otras partes de la ciudad, se construyeron durante la batalla búnkeres, galerías y nidos de ametralladoras. Aún estaban allí cuando se levantó el barrio el barrio de Guillén Lafuerza. Tanto Rubén Ilesias como Javier Rubiera, vecinos del barrio, recuerdan haber convivido con ellos en su infancia.

«De guajes jugábamos en ellos», cuentan mientras lamentan que buena parte de estos elementos desaparecieron con la urbanización de la zona conocida como Prados de La Vega, en el entorno del HUCA. «Acabaron con todo el patrimonio del barrio», lamentan mientras se acercan al único nido de ametralladoras que se encuentra catalogado en la actualidad.

«Destaca por su planta heptagonal en el exterior y cilíndrica al interior. Es un nido de grandes dimensiones que presenta, además, un gran valor histórico», reza el informe de la Consejería de Cultura del Gobierno Asturiano, que ha incluido esta construcción en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Unas atenciones que Rubén Ilesias y Javier Rubiera reclaman para otros elementos.

Ente historias de niñez que arrancan en los años cincuenta del siglo pasado, cuando en la zona había más praos y menos asfalto, llegan a la rotonda que da acceso a la sección de Urgencias del hospital. En su interior, a una cota inferior a la de la carretera, hay otro nido de ametralladoras. «No hay ni un paso de peatones», resaltan los vecinos, que critican que no se den facilidades para visitar este tipo de patrimonio. «En Francia, este tipo de elementos bélicos los tienen muy cuidados y atraen muchos turistas», indica Javier Rubiera. «En otros países esto genera mucho interés y también dinero», remata Rubén Ilesias.

Ambos alaban la labor de la Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar en Asturias (Arama), que ha luchado por mantener vestigios de la Guerra Civil en el monte Naranco, por ejemplo. Y piden a la Consejería de Cultura que haga su parte. Aunque reconocen que el departamento que se encarga de este tipo de cuestiones debería reforzarse para lograrlo porque «apenas tienen personal».

Entre las ideas que lanzan a las administraciones públicas se encuentra una ruta con la que explicar cómo se desarrolló el conflicto en Oviedo con un paseo por los búnkeres, nidos y galerías que quedan. Los que lograron sobrevivir a la construcción de los bloques de pisos que aún se siguen levantando en la zona. «El coste de mantenimiento sería bajo y también serviría para facilitar labores de investigación en la zona», coinciden ambos vecinos de Guillén Lafuerza.

Armas, bombas y proyectiles

Mientras recuerdan cómo durante años aparecieron en la zona armas, bombas y proyectiles provenientes del conflicto, recorren la zona anexa al campo de fútbol de Matalablima. Es aquí donde realizaron una de sus últimas acciones para proteger el patrimonio bélico al solicitar que se investigue el deterioro de un nido en zig-zag, que se encuentra casi desaparecido. Una pieza que consideran fundamental en la historia del barrio y que quieren preservar. Como forma de proteger la memoria y también como medio para atraer turistas y dar un empujón a la economía local.