Una losa de 20 centímetros cae sobre el pie de una niña por «la dejadez del ayuntamiento»

Carmen Fernández REDACCIÓN

OVIEDO

El AMPA del colegio Dolores Medio denuncia el mal estado de conservación de las zonas colindantes después del accidente de una alumna

27 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El AMPA del colegio Dolores Medio lleva desde hace muchos años denunciando la mala conservación de las zonas aledañas al colegio ante el consistorio ovetense. A pesar de que les concedieron los presupuestos participativos, esta situación no ha mejorado y ha continuado prolongándose a lo largo del tiempo. A día de hoy sigue siendo frecuente encontrarse preservativos, vasos y jeringuillas en los jardines de la entrada al recinto, así como ratas, alcantarillas rotas y losas sueltas por el desgaste, tal y como explica la presidenta, Ana Aza Ovide. Un problema que se agravó al inicio de este curso académico, cuando una de esas losas de 20 centímetros de grosor cayó encima del pie de una de las alumnas de la escuela. Un accidente del que para ella y los demás padres tiene la culpa la dejadez del ayuntamiento.

«Por suerte terminó en susto y no en desgracia», puntualiza Aza. La pequeña que sufrió el accidente, perteneciente a quinto curso, apartó el pie rápidamente al ver que la piedra se movía por lo que afortunadamente solo tuvieron que vendarle un dedo del pie. «Si hubiera sido más pequeña o no se hubiera quitado rápido podía haber tenido muchas consecuencias», dice.

La directora llamó de nuevo al ayuntamiento para informar de esta situación: «La secretaria del concejal me dijo que se reuniría con el de mantenimiento, pero como siempre no van a hacer nada». Ocho años llevando a su hija al Dolores Medio y cinco al frente del AMPA avalan sus palabras, «todo está como siempre y no puedo entender como al lado de un colegio en el centro de Oviedo puede darse esta situación», denuncia.

El problema radica en la segunda entrada al recinto, al que se puede acceder por la puerta principal, en la calle Luna, y por el lado contrario situado en la calle Carlos Bousoño: «Como el acceso a la escuela está en la calle Luna no quieren ver las cosas, pero es que no estamos hablando de una zona de paso, sino de una zona escolar». Al final, tal y como indica Aza, los niños no tienen la culpa de querer jugar en los jardines, «que son más lodazal que otra cosa», pero un descuido puede llevar a circunstancias como este incidente «o peores, porque al haber jeringuillas pueden pincharse, así que necesitamos que las cosas cambien con la mayor brevedad», concluye.