Una ciudad con mucho arte y cada vez más alternativas

OVIEDO

Tomás Mugueta

Una nueva generación de galerías combina espacios expositivos con otras actividades para dar cobijo a los artistas locales e impulsar nuevas formas de consumo

27 nov 2019 . Actualizado a las 10:13 h.

Oviedo siempre ha sido una ciudad con mucho arte. Galerías de larga tradición sirven desde hace muchos años como reclamo para el público y como hogar y escaparate a los artistas locales. Nombres como Guillermina Caicoya, Alfara y Arancha Osoro forman parte de una lista de espacios que han logrado convertir Oviedo en un referente de gran nivel en cuanto a pinturas o esculturas se refiere.

Este tipo de galerías convencionales, no obstante, han ido evolucionando con iniciativas como Vértice, que cerró en 2013 y se ha convertido en un espacio de proyectos en la calle Pedro Masaveu. Una especie de paso intermedio hacia la última generación de espacios expositivos que combinan diversas actividades, conviven con los tradicionales y se han abierto a diferentes tipos de públicos.

Un modelo en constante cambio que ha generado un panorama muy diverso y que, explica Mónica De Juan, «ha mejorado mucho en los últimos años». Esta artista, con un largo recorrido en la ilustración y la fotografía, acaba de poner en marcha 451, un espacio ocupado por objetos de diseño y piezas artísticas realizadas por artistas y artesanos. La mayor parte de ellos, locales y con un «muy buen nivel». Son los responsables de la creación de elementos de escritorio, complementos, cerámica, obra gráfica, libros, discos, textil y otras piezas.

«En 451 suceden más cosas que inauguraciones de exposiciones: Se generan eventos culturales como conciertos y presentaciones. Y se ofrecen otras experiencias que invitan a que las personas entren de una forma más natural», señala Mónica de Juan, que se ubicó en la calle Mon, en el Antiguo, para «potenciar la vida en el casco histórico de Oviedo, que en la actualidad se reduce casi exclusivamente a ocio nocturno».

Sacó adelante el proyecto y lucha por mantenerlo con satisfacción y motivación. «Es una lucha de fondo que acaba de comenzar», señala la artista para hacer un llamamiento a que otros sigan sus pasos.  «Cuantos más espacios se abren, más tejido cultural se genera», resalta para añadir a continuación que «da igual que sean más convencionales o más underground. Si surgen más es porque hay demanda y una necesidad de hacer cosas».

Esa circunstancia, de hecho, ha permitido que se aparezca en Oviedo un ecosistema en el que caben artistas de todo tipo y un público de gustos muy diversos. La capital de Asturias tiene arte para todos. Mantiene las galerías tradicionales y ha cultivado también otros lugares alternativos que ofrecen formas diferentes de disfrutar de una cultura y abierta a todo el mundo. «Eso es precisamente lo que más me interesa, poder llegar a todo tipo de público y que disfruten de los productos y las exposiciones que se programan en 451», subraya Mónica de Juan. Su clienta más joven, cuenta, es una niña de nueve años que se ha comprado con su paga un collage digital. La primera obra de su colección y una prueba de que estos espacios alternativos están teniendo una gran acogida.

Pero aún hay camino que recorrer. «Faltan muchas cosas por hacer», indica Mónica De Juan, que apunta la necesidad de sacar adelante «una programación estable de artes plásticas en la ciudad». Para ello, «lo primero sería disponer de un espacio expositivo municipal». Una medida que se complementaría con la existencia de un profesional con criterio capaz de programar exposiciones y actividades que llenasen de vida ese espacio y permitiesen cambiar la forma en la que el arte se desarrolla en la ciudad.

En estos nuevos modelos de mirar, entender y promocionar el arte encaja también la galería Falcón, que Juan y Lucía Falcón pusieron en marcha en 2013 y que está en la calle Melchor García Sampedro, junto al Antiguo. «Llevábamos unos años en el mundo del arte, pero de una manera precaria: Sin espacios donde exponer y con pocos recursos para desarrollar nuestro trabajo», cuenta Lucía Falcón para explicar por qué se decidieron a abrir las puertas de un espacio que pretende acercar el arte a los vecinos. Ese es uno de los motivos que les ha llevado a implicarse, por ejemplo, en la Noche Blanca y sumar sus iniciativas a las de todos aquellos que sacan el arte a la calle para que los ciudadanos puedan disfrutarlo.

Una filosofía muy arraigada en Falcón Gallery Estudio, que es un espacio de creación, formación y exposición en el que las puertas siempre están abiertas. «Hemos conseguido consolidar un modelo, otros se han unido con su sello personal, y eso nos satisface, ya que eso quiere decir que funciona», resalta la galerista.

De hecho, una de sus principales aportaciones a la cultura ovetense es su apuesta decidida por los jóvenes artistas asturianos, para los que siempre tienen un espacio. « Nuestro objetivo principal es establecer colaboraciones puntuales con artistas y ofrecer ese arte a un amplio espectro posible de público, sin importar su procedencia socioeconómica: para la posible comprar, pero también para el disfrute», comenta Lucía Falcón, que recalca también que en Oviedo «aún notamos carencias a nivel público».

Para resolver ese problema, propone trabajar para retener el talento local y generar referentes de la casa sobre los que colocar los pilares que permitan asentar un mayor interés por el arte en el concejo. Se trata de «generar oportunidades de trabajo que contribuirían a que muchos de nuestros contemporáneos no tuviesen que tirar la toalla y dedicarse a otra cosa, o tener que irse a vivir a otra ciudad».

Esa pasión por transmitir las diferentes técnicas a artistas profesionales y amantes del arte a través de la formación que existe en Falcón Gallery Studio tiene en Decero Creativo, de Marta Fermín, otro de los principales exponentes de las galerías ovetenses no convencionales. Situado en la calle Martínez Vigil, el espacio sirve incluso para actividades tan innovadoras como campamentos de verano en los que los niños se acercan al arte. Una forma muy atractiva de combinar vacaciones, aprendizaje, arcilla o pinceles. «Me decidí a apostar por un espacio de arte porque llevo 22 años en ello y es lo que he hecho toda la vida», cuenta Marta Fermín para la que la entrada en el mundo de las galerías no convencionales llegó de forma natural.

 El acceso a las instalaciones que gestiona es libre y todo aquel que lo desee puede darse una vuelta para ver  el taller de grabado o litografía en piedra, o alguna de las diversas exposiciones temporales con las que se pretende cuidar de los artistas locales. «Cuando un emprendedor se decide a apostar por un proyecto artístico tiene que tener claras sus capacidades y sus recursos y lo que más se adaptaba a mí era esta fusión de taller y galería. Yo no podría dedicarme a mover la obra de otros porque necesito producir y además llevo toda la vida dando clase», resume la artista para explicar en qué consiste Decero Creativo.

Otra forma más de mantener la larga tradición de las galerías de arte ovetenses, adaptarlas a los nuevos tiempos y utilizarlas para difundir el trabajo de los artistas locales y ampliar su público. «En Oviedo hay mucha calidad pero se necesita más respaldo institucional, que debe enfocarse a proteger el patrimonio vivo que son los creadores que están trabajando y alcanzando mucho reconocimiento y fuera de ellas», resalta Marta Fermín

Debido a la concentración de grandes museos y emprendedores que está apostando por el arte un lugar ideal para comenzar a proteger el arte local es la capital de Asturias. Una ciudad en la que los espacios alternativos piden apoyo para seguir ampliando y actualizando el largo trayecto que las galerías de arte han realizado ya en el que aún queda viaje por delante.