El Bellas Artes colgará un cuadro del taller de Velázquez

G.G.

OVIEDO

'El Príncipe Baltasar Carlos', una obra del taller de Diego Velázquez
'El Príncipe Baltasar Carlos', una obra del taller de Diego Velázquez MUSEO DEL PRADO

La obra 'El Príncipe Baltasar Carlos' ha sido cedida temporalmente a la pinacoteca asturiana por el museo del Prado

13 feb 2020 . Actualizado a las 11:09 h.

Un cuadro del taller de Velázquez llega al Museo de Bellas Artes de Asturias, cedido durante dos años renovables por el Museo del Prado. Se trata de la pintura El príncipe Baltasar Carlos, que según los responsables de la pinacoteca asturiana «llega para enriquecer la ya exquisita colección de arte barroco» del museo regional «con uno de los nombres más codiciados, y hasta ahora ausentes» de la pintura del Siglo de Oro español.

El retrato fue realizado por el taller del maestro sevillano hacia el año 1636. En este sentido, señalan, la década de los años treinta del siglo XVII «fue realmente prolija en la representación de la imagen del príncipe heredero», y Velázquez y su taller fueron los principales artífices de tales obras.

La gran mayoría de estas imágenes muestran al príncipe Baltasar Carlos, primogénito de Felipe IV e Isabel de Borbón, con trajes, entornos y actitudes similares a las de su padre. Eso demuestra una clara vocación oficial en la que fórmulas similares, tanto en indumentaria e insignias como en expresiones y emociones, «pretendían reflejar y resaltar el origen divino del poder real».

La obra que llegará en unos meses al Museo de Bellas Artes de Asturias, tras haber formado parte de la exhibición Soleil Noir que organiza el Museo del Louvre en su sede de Lens, representa a Baltasar Carlos a la edad de siete años. El príncipe viste un rico traje negro con abundantes motivos dorados, lleva la cabeza descubierta y su sombrero puede verse apoyado sobre un cojín en el suelo.

Con la mano derecha, Baltasar Carlos sujeta un arcabuz de caza mientras apoya la izquierda en el pomo de una espada corta que ciñe a la cintura. Su figura se halla en un interior de gran sobriedad en el que una ventana permite ver un paisaje de fondo. En él se intuye el perfil de la Sierra de Guadarrama y, en un plano más cercano, un terreno frondoso en el que Javier Portús ve una clara alusión al Pardo, principal lugar de los alrededores de Madrid donde el rey y sus allegados acostumbraban a cazar.

Esta referencia cinegética dentro de la composición unida al porte de armas por parte del príncipe no sólo demuestra una afición extendida en la corte española del momento, sino que acarrea un significado político de peso.

Por entonces, era frecuente la aserción que manifestaba que la caza era imagen de la guerra. En consecuencia, este tipo de referencias cinegéticas suponían un contexto ciertamente oportuno para aludir a las responsabilidades militares que le esperaban al futuro rey, continuando con el deber iniciado por sus antecesores.

Por todo lo mencionado, El príncipe Baltasar Carlos no sólo aumenta la colección barroca de la pinacoteca asturiana sino que eleva potencialmente su calidad al incluir una obra del taller de uno de los pintores más importantes y sobresalientes de la historia del arte.

La obra, que formó parte del la muestra Austrias y Borbones: Príncipes y Princesas de Asturias, y Reyes de España, podrá verse en la sala 3 del Palacio de Velarde a partir de la segunda mitad de este año 2020.