Un edificio de la avenida de Galicia de la capital asturiana guarda el vínculo histórico entre la reina y la hija del dictador
19 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El chalet señorial que hoy ocupa la Fundación Gustavo Bueno, en la avenida de Fuertes Acevedo (hoy ese tramo se llama avenida de Galicia y Fuertes Acevedo comienza más arriba), fue en el momento de su construcción (1912-1913) la casa familiar de José María Vázquez. No repararon en gastos: un diseño complejo de Julio Galán y decoración del ceramista Daniel Zuluoaga. Sin embargo, la familia no viviría mucho tiempo en él. Diez años más tarde fue adquirido por una sociedad en la que cuatro médicos instalaron el Sanatorio Quirúrgico de Asturias.
Poco después (el 14 de septiembre de 1926), nacería en él Carmen Franco Polo, hija de Francisco Franco y de Carmen Polo, según asegura la historia oficial de la Fundación Gustavo Bueno. Polo, que también era natural de Oviedo, se había casado con Franco en la iglesia de San Juan el Real tres años antes. Así pues, la hija del que años más tarde sería dictador fue bautizada como María del Carmen Ramona Felipa María de la Cruz, que en su infancia fue conocida con varios sobrenombres como Nenuca, Carmelilla, Carmencita, Cotota y Morita.
Curiosamente, un 15 de septiembre de 1972, el día siguiente al 46º cumpleaños de Carmen Franco, nacería en el mismo lugar Letizia Ortiz Rocasolano, que se convertiría un día en esposa de Felipe de Borbón y por tanto en reina de España.
Para cuando nació Letizia, el sanatorio seguía cumpliendo su función pero ya no se llamaba Asturias: se separan los médicos y uno de ellos, Pedro Miñor, se queda y le da nuevo nombre a la clínica. Esto ocurrió en 1943 y aún seguiría atendiendo pacientes durante casi cuarenta años más, hasta que en 1980, los propietarios alcanzan un acuerdo con el ayuntamiento y se cierra.
El consistorio recalifica la gran parcela para construir edificios de viviendas alrededor, derriba algunos anexos que se habían hecho durante la guerra y el chalet pasa a ser propiedad municipal y se dedica a diversos usos como centro de profesores y local de ensayo de gaitas. En 1998, el ayuntamiento cede durante 50 años el antiguo sanatorio a la Fundación Gustavo Bueno y realiza obras de rehabilitación.