La Academia Ojanguren, una añorada institución

D. ROIG

OVIEDO

Edificio que albergó la Academia Ojanguren y luego el Colegio San Ignacio, entre las calles Cervantes y Marqués de Teverga de Oviedo
Edificio que albergó la Academia Ojanguren y luego el Colegio San Ignacio, entre las calles Cervantes y Marqués de Teverga de Oviedo

El histórico edificio donde estudiaron miles de ovetenses fue construido en 1910 y derribado en 1975

25 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con sus elegantes balcones y galerías, su esquina curva y sus grandes ventanales parecía una hermosa vivienda señorial, pero desde su origen en 1910 albergó una institución de enseñanza por la que pasaron varias generaciones de estudiantes asturianos: la Academia Ojanguren y, más tarde, el colegio San Ignacio de los Jesuitas. Construida por el arquitecto Manuel Bobes (1879-1947), estaba ubicada en la esquina entre las calles Cervantes y Marqués de Teverga hasta 1975, cuando fue derribada

Desde 1883 hasta 1901, Armando G. Ojanguren, cuyos antepasados llegaron a Asturias desde Éibar a finales del siglo XVIII, había ocupado el cargo de tenedor de libros (contable) de la casa Masaveu y Compañía. Tras 18 años desempeñando esa función, que compatibilizaba con representaciones comerciales y la gestión de su fábrica de chocolates La Popular, un problema de salud le impidió dedicarse a trabajo de escritorio durante muchas horas al día y dejó la Casa Masaveu.

Así que, en 1905, Ojanguren decide aplicar sus conocimientos y crea la academia mercantil que lleva su nombre en un viejo edificio de la calle Canóniga. Obviamente, a juzgar por su evolución posterior, lo hizo muy bien. Sus éxitos se reflejaban en el trabajo de sus alumnos en comercios e industrias de España y de América, por lo que gracias a su trabajo pudo trasladarse al nuevo chalet de la calle Cervantes, lo que supuso una mejora espectacular de sus instalaciones.

Un cartel de anuncio de la Academia Ojanguren de Oviedo y aspecto actual del lugar en que se encontraba el edificio derribado en 1975
Un cartel de anuncio de la Academia Ojanguren de Oviedo y aspecto actual del lugar en que se encontraba el edificio derribado en 1975 D.R.

Dos de los hijos de Armando González, Arturo y Armando G. Abad Ojanguren, también trabajaron entonces en el centro educativo. Los estudios de comercio estaban dirigidos por el primero, mientras que su hermano Armando, maestro superior, se ocupaba de las clases de preparatoria. Además se impartían las enseñanzas de bachillerato e idiomas y se preparaba a opositores para el Banco de España y Magisterio nacional y había alumnos en régimen de internado para facilitar el acceso a quienes no eran residentes en Oviedo.

La Academia publicó a partir de 1914 la Revista Ojanguren, de periodicidad mensual. Fallecido el fundador en 1922, la dirección fue asumida de forma sucesiva por Arturo, fallecido en 1952, y Armando Ojanguren, que fue homenajeado en Oviedo el 29 de octubre de 1961 por antiguos alumnos.

Pero en el año 1958, la compañía de los Jesuitas adquiere el inmueble y ubica su colegio en este lugar desde 1960 hasta 1973, cuando se trasladan a sus actuales instalaciones. Pero la vida sigue y, dos años más tarde, el inmueble es derribado para construir un nuevo edificio de viviendas.

Como homenaje, el Ayuntamiento de Oviedo decidió el 26 de diciembre de 1975 otorgar el nombre de Armando Ojanguren a la calle peatonal que se formó tras demoler unos antiguos almacenes y las cocheras de El Avilés, donde se levantó un moderno edificio de cuatro fachadas rodeado por las calles de Fray Ceferino, Campoamor y Nueve de Mayo. Puede que pocos conozcan el nombre de esa calle, corta pero muy transitada: pocos ovetenses no han pasado alguna vez por ella.