¿Cómo va a poder pagar el Arzobispado el futuro Centro Cultural Santa Ana?

Juan M. Arribas

OVIEDO

El patio interior del futuro Centro Cultural Santa Ana
El patio interior del futuro Centro Cultural Santa Ana

13 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El martillo de Santa Ana ha sido durante décadas un problema urbanístico enquistado en el corazón de Oviedo, en la parte más noble de la ciudad. Una parcela muy jugosa abocada a proyectos sucesivos que se han saldado con continuos fracasos y una sensación de dejá vu constante. Tras años de silencio, el Arzobispado de Oviedo anunció sorprendentemente la semana pasada la puesta en marcha del futuro Centro Cultural Santa Ana. Con un boceto del arquitecto Daniel Cortizo de líneas sobrias, piedra tradicional  y respeto al entorno histórico, la Iglesia dejó claras sus intenciones: un centro en el que aportará su rico patrimonio cultural con exposiciones de cimas del arte religioso. Un proyecto que complementa la potente oferta cultural del Oviedo redondo. «Es necesario que se constituya una plataforma desde la que la Iglesia interactúe creativamente con otras instancias generadoras, al igual que ella, de cultura», ha afirmado el Vicario General, Jorge Fernández Sangrador.

Fachada del futuro Centro Cultural Santa Ana
Fachada del futuro Centro Cultural Santa Ana

La cuestión siguiente es: ¿quién va a pagar este proyecto? El Arzobispado afirma que será acometido por la Iglesia. Los sucesivos alcaldes siempre se mostraron dispuestos a colaborar, incluido Alfredo Canteli, aunque la parcela es propiedad de la Iglesia y el proyecto ha sido presentado unilateralmente por el Arzobispado. ¿Dispone el Arzobispado de fondos económicos suficientes para abordar el proyecto? Fuentes de la Iglesia han indicado a La Voz que el Centro Santa Ana «es un proyecto de largo recorrido, al que quedan muchos pasos y vistos buenos pendientes. Es una carrera de fondo y queda mucho tiempo aún». De la disponibilidad económica (en estos duros tiempos de pandemia) ni palabra. Es decir, que por el momento tenemos presente el espíritu y el alma, pero nos falta el cuerpo. ¿De dónde podría salir ese dinero? El mecenazgo es una posibilidad; otra vía es admitir finalmente la colaboración de las instituciones públicas. Y también hipotéticamente la Iglesia podría barajar como solución el crowdfunding, la versión moderna de los donativos de fieles que financiaron las catedrales góticas. Seguiremos informando.