Las obras del Palacio de Deportes durarán un año

D.R.

OVIEDO

Vista aérea del Palacio de Deportes de Oviedo, construido por el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río en 1975. Sobre la cubierta se aprecian los «parches» y el deterioro actual
Vista aérea del Palacio de Deportes de Oviedo, construido por el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río en 1975. Sobre la cubierta se aprecian los «parches» y el deterioro actual GOOGLE MAPS

El ayuntamiento convoca un concurso de proyectos para la rehabilitación del edificio, amenazado desde el subsuelo por un viejo colector

02 jun 2021 . Actualizado a las 13:26 h.

Las obras de recuperación del Palacio de Deportes durarán un año desde su inicio. De momento, el ayuntamiento ha iniciado los trámites del concurso de proyectos, entre los que seleccionará el que mejor se adecue a lo requerido: rehabilitación, reducción de gasto energético, mejora de accesibilidad y la inclusión de espacios comerciales.

Aún quedará pendiente en las obras un asunto importante del que nada se dice en la convocatoria, que sí detalla la ficha del catálogo urbanístico y amenaza el edificio: un antiguo colector que rebosa agua y «puede convertirse en un problema importante», ya que alguna vez llegó a inundar la pista.

Actualmente la instalación deportiva, terminada de construir e inaugurada hace 45 años, se encuentra cada vez con más defectos. Los técnicos apuntan que hay «grietas de diferentes tamaños debido al asentamiento casi constante del edificio causado por una mala calidad del terreno». En las cubiertas se han producido goteras, algunas de las cuales se repararon.

Un diseño a preservar

Según señala la memoria del concurso de proyectos, debe respetarse el diseño original del ingeniero Ildefonso Sánchez del Río (terminado en 1975), ya que «la singularidad de la construcción ha sido motivo de admiración por los profesionales del gremio, no tanto así por el gran público que desconoce lamentablemente el valor de la instalación del barrio de Ventanielles».

De hecho, el palacio está catalogado desde 2005, aunque no goza de una alta protección patrimonial. Esa singularidad viene de lo que el propio Sánchez del Río señaló como «la mayor bóveda autoportante hasta la fecha ha sido realizada», cuyo resultado fue un espacio diáfano casi cuadrangular de cerca de 100 metros de lado realizado mediante piezas patentadas por el propio ingeniero a las que se denominó dovelas-onda.

No obstante, reconocen los técnicos municipales, «la obsolescencia de alguno de sus elementos, los nuevos requerimientos normativos y las necesidades de la ciudad, hacen necesaria su rehabilitación y adaptación a estas nuevas circunstancias que encajan con la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado» definida por el ayuntamiento.

Lo que se busca es la reducción de la demanda energética del edificio objeto de actuación de, al menos, un 30%, así como de las emisiones de CO2 global del edificio en el mismo porcentaje; alcanzar los estándares de accesibilidad marcados por la legislación vigente y el «incremento del uso de los equipamientos y la regeneración del entorno urbano», lo que incluye zonas comerciales. Solo el proyecto (no las obras) costará a las arcas municipales un máximo de 160.000 euros, lo que indica que la rehabilitación tendrá seguramente un coste superior a los 1,5 millones de euros.