Siete campanas de Oviedo para abrir la Semana de las Artes

La Voz

OVIEDO

El músico Llorenç Barber ha coordinado el repique con la voz solista de la campana de la Catedral de Oviedo, la «Wamba», fundida en 1219 y considerada la más antigua del mundo en activo.

05 jun 2021 . Actualizado a las 10:27 h.

Siete campanas ubicadas en edificios emblemáticos del casco histórico de Oviedo han tañido en la noche de este viernes de forma simultánea en un concierto que invitaba a los ciudadanos a moverse por las calles en busca de ecos, retumbos y repiques y que ha servido como prólogo de la primera Semana Profesional de las Artes de la capital asturiana.

Durante 45 minutos el músico Llorenç Barber ha coordinado el repique en los campanarios de las iglesias de San Isidoro, San Tirso y Santa María de la Corte, el Monasterio de San Pelayo, el Ayuntamiento y el edificio histórico de la Universidad con la 'voz solista' de la campana de la Catedral de Oviedo, la «Wamba», fundida en 1219 y considerada la más antigua del mundo en activo.

Junto a Montserrat Palacios, Barber, que ha contado con la colaboración de varias decenas de voluntarios para hacer sonar las campanas a la vez, había recomendado a quienes quisieran seguir el concierto dejar «las prisas y los motores apagados» para atender al sonido de un concierto en el que no debían esperarse «melodías y ritmos conocidos y banales», dado que era tan solo «un concreto sonar de viejas campanas al aire».

Cientos de personas han seguido desde calles y plazas un recital surgido, según el músico valenciano, «del combate entre la partitura escrita y la complicada orografía de la ciudad», construido «de sutilezas, ecos y melancolías» y en el que lo ideal era evitar «espacios de sombra» y ubicarse en lugares equidistantes entre los campanarios «para abrir de par en par las puertas de la sensibilidad y la memoria».

El concierto ha marcado el arranque de un conjunto de actividades culturales que, a lo largo de diez días, se llevarán a cabo en distintos escenarios de Oviedo y que aspira a convertir la capital asturiana en el punto de encuentro de las artes plásticas en España.

La Semana de las Artes tendrá su sede principal en la antigua Fábrica de Armas de La Vega, un espacio de 120.000 metros cuadrados cerrado desde 2012, cuya titularidad aspira a recuperar el Ayuntamiento para darle diversos usos, incluidos los culturales, que la han llevado a convertirse en los últimos años en protagonista de la programación paralela a la entrega de los Premios Princesa de Asturias.

En cuatro de sus naves expondrán trabajos inéditos diseñados para el certamen artistas como Carlos Coronas, Lisardo Menéndez Minas, Pablo de Lillo, Breza Cechini, Federico Granell, Faustino Ruiz de la Peña, Fernanda Álvarez, Cecille Brillet, Muel de Dios, Emma Bi y Mentxu Álvarez.

Entre las obras que se podrán ver en la Fábrica de Armas figura una interpretación del artista Israel Sastre sobre el Jardín de las Delicias, mediante una composición fotográfica entre bambús así como una instalación tecnológica en la que mostrará el primer respirador hospitalario fabricado en España y que tuvo una gran trascendencia en Sudamérica durante la pandemia.

Además, las antiguas naves industriales albergan la obra de siete galerías de arte, incluida la australiana Restrospect Galleries, que presenta una colección de escultura y pintura de artistas belgas, estadounidenses y mexicanas de forma paralela a otras actividades en espacios como la propia plaza de la Catedral, el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico o el Seminario Metropolitano.

El programa incluye, además, talleres artísticos y conferencias además del «diálogo entre artistas», que mañana mantendrán en el Teatro Filarmónica el pintor Antonio López, la máxima figura del hiperrealismo español, con el artista asturiano Ricardo Mojardín, precedida de una performance de la actriz Izar Gayo.

La Semana Profesional de las Artes, diseñada por la galerista Marta Fermín, pretende convertirse «en un inmenso altavoz para el trabajo de las galerías, que han pasado por momentos muy difíciles», según el presidente de la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo, José Luis Costillas.

A su juicio, Oviedo, la única capital española con temporada de ópera que mantuvo su programación íntegra pese al confinamiento, «ha ejercido de resistencia cultural en el norte de España», una actividad que ha demostrado ser un servicio esencial en tiempos de pandemia; informó EFE.