Rosón desmiente haber participado en un botellón y carga contra el nuevo modelo de San Mateo

La Voz REDACCIÓN

OVIEDO

El ex concejal de Somos Oviedo, Rubén Rosón
El ex concejal de Somos Oviedo, Rubén Rosón

El concejal de Somos defiende que el enfoque habría que ponerlo en porqué la juventud ovetense, «ante la falta de alternativas de ocio, cultura y deportes», practican estos encuentros

22 sep 2021 . Actualizado a las 09:42 h.

El concejal de Somos en Oviedo, Rubén Rosón, desmiente que haya participado en ningún botellón cuando fue identificado a primera hora de la mañana de ayer junto con un grupo de amigos por la Policía Local en el Campillín. El edil defiende que lo que condujo a su reconocimiento «fue sostener públicamente una forma de socializar diferente a la que fomentó el Ayuntamiento de Uviéu en estas fiestas de San Motea, tan anodinas y sin personalidad que se han cargado una tradición de 38 años».

En este sentido y a su juicio, los festejos «no pueden ser pensadas para el lucro privado» y la contestación al modelo desarrollado por el gobierno municipal «fue lo que realmente propició la identificación». De la misma manera, Rubén Rosón niega que se haya dirigido a los agentes de manera irrespetuosa y que su intervención con los agentes de la Policía Local fue «escrupulosamente respetuosa con los trabajadores públicos».

Asimismo lamenta que «la noticia de mi identificación funciona como una cortina de humo para tapar el desastre de fiestas que desarrolló el Ayuntamiento y no reflexionar sobre el modelo de ocio de terrazas y alcohol» antes de añadir «el enfoque habría que ponerlo en porqué la juventud ovetense, ante la falta de alternativas de ocio, cultura y deportes, practican estos encuentros que, por otra parte, son vistos con malos ojos, mientras que si ocurren de puertas adentro de locales y casas tienen una consideración diferente».

Y reflexiona con que «igual la razón es que resulta más lucrativo para algunos pagar un alto precio por consumir en las terrazas por las consumiciones, mientras que otras formas de consumo son criminalizadas. Es un modelo hipócrita indefendible».