Pablo de María: «Nuestro reto es que SACO atraviese Asturias y se haga visible en el resto del país»

X.Menéndez. REDACCIÓN

OVIEDO

Pablo de María. TOMAS MUGUETA
Pablo de María. TOMAS MUGUETA

La VIII edición de la Semana Audiovisual Contemporánea de Oviedo (SACO) regresa a Oviedo del 11 al 20 de marzo con una programación rompedora

11 mar 2022 . Actualizado a las 13:21 h.

La VIII edición de la Semana Audiovisual Contemporánea de Oviedo (SACO) regresa a Oviedo del 11 al 20 de marzo con una programación rompedora y una clara apuesta por la combinación del mundo audiovisual con el resto de las artes. Las entradas para los cineconciertos, excepto a la representación de Blancanieves con Oviedo Filarmonía, son gratuitas y se pueden adquirir en las taquilla del Teatro Campoamor, en la web  o en la web de SACO dos días antes de la actividad. Las sesiones de cine en el Teatro Filarmónica y en la Escuela Municipal de Música son de libre acceso hasta completar el aforo. Este año, la SACO apuesta por los cineconciertos y por las producciones de creación propia. El director de SACO, Pablo de María, describe cómo será la nueva edición que arranca el día 11. 

-La programación de SACO fusiona lo audiovisual con el mundo de las artes. Este año habrá nueve cineconciertos, talleres, charlas, experiencia de realidad virtual, videoinstalaciones…. ¿Cada vez más, SACÓ irá camino a una experiencia completa para los asistentes?

-El camino que emprendemos es el de la mezcla. En las primeras ediciones no era tan notable aunque había claras líneas de lo que iba a ser en el futuro. Al ir implementando nuestra programación en RADAR, las películas que componen la SACO han ido saliendo paulatinamente; y el camino que emprendemos es el de la mezcla. SACO tiene una apuesta clara por las actividades que combinan lo audiovisual con la música, la literatura y toda la cultura en general. Creo que el ejemplo que define a la perfección lo que pretende del festival es Plano Sonoro. En las pasadas ediciones se encargaron cineastas, pero para este año hemos contado con tres creadores que no estaban relacionados con el mundo del cine. Una escritora, Ángeles Caso; una pintor, Hugo Fontela; y un agitador cultural, Rodrigo Cuevas. Esto define el camino de SACO: contextualizar, mezclar y generar propuestas nuevas que lleguen a los asistentes para dar una experiencia completa. El resultado lo veréis, es fantástico. Hacia ese punto debe ir SACO. 

-¿Cuál es el objetivo de SACO con esta combinaciones de las artes?

-Nuestro objetivo es ofrecer a los asistentes una programación diferente, siempre relacionada con lo audiovisual, que es el eje central. Queremos que provoque a los espectadores y genere propuestas propias. Gran parte de los contenidos de la programación son ideas originales, desde la idea primigenia hasta completar el proceso creativo. SACO pretende ser un lugar de reflexión, de provocación; siempre con el eje audiovisual pero a la vez expandirnos hacia otras artes con colaboraciones como Oviedo Filarmonía, con el Museo de Bellas Artes de Asturias y con otras instituciones. Queremos buscar nuevos caminos y unas vías para hacer llegar nuestro mensaje al público. 

-¿Qué novedades encontrará un asistente respecto a la VII edición?

-Hay muchas, pero una de las más interesantes es la videoinstalación en el Museo de Bellas Artes a cargo de Adrián Martín y Cristina Álvarez, que son dos de los mejores críticos de cine del mundo y no estoy exagerando. Es la primera vez que su trabajo se va a exponer en un museo. Sus instalaciones utilizan planos de películas conocidas, como Los pájaros de Hitchcock y hacen un montaje para darle una nueva visión al cine. También los cineconciertos de producción propia. La proyección del clásico Nanuk el Esquimal, que se celebrará el 13 de marzo… Hay muchas propuestas, cualquiera de la programación será interesante.

-No solo hay una amplia oferta cultural, sino que salvo para Blancanieves todas las actividades son gratuitas. No hay excusa para no asistir a la SACO…

-No queremos ser un festival acumulativo en el que tienes que elegir a qué actividad acudes y cual no. Nuestra programación está diseñada de tal manera que prácticamente puedes acudir a todas las actividades sin perderte ninguna. Puedes empezar viendo una instalación por la mañana, luego una película en la Filarmónica y terminar el día con un cineconcierto en el Campoamor. Pretendemos que SACO pueda disfrutarse completamente, de forma compacta. Queremos que el público se deje sorprender por las propuestas. No hace falta ser un cinéfilo o tener conocimiento previo de cines, tan solo hay que dejarse llevar y disfrutar del viaje que es la SACO. 

-En esta edición apuestan de nuevo por los cineconciertos…

-Las anteriores ediciones habíamos preparado 23 conciertos, este año hay nueve. Muchos de ellos son producciones propias. Sin duda, los cineconciertos se han convertido en una de las señas de identidad de la SACO, al público le gusta y la fusión de la música en directo con lo audiovisual funciona muy bien. 

 -Videoinstalaciones, eventos interactivos para el público. ¿Necesita la cultura en general vincular al público con las obras, cada vez de una forma más palpable?

-La programación es un mensaje y el público es receptor, si no hay público y no hay respuesta, algo está fallando. Nosotros tenemos la suerte de que el público nos acompaña siempre y ha comprendido en qué consiste la actividad.  Ha comprendido las tradicionales pero también las más arriesgadas. En SACO nos gusta arriesgar con, por ejemplo, video instalaciones, esas colaboraciones con Museos, Plano Sonoro… Es parte de la seña de identidad de SACO. 

-El festival cuenta con producciones audiovisuales propias como el tercer volumen de Plano Sonoro, ¿Que nos puede adelantar de este nuevo trabajo?

--Va a ser muy sorprendente. Si invitas a un cineasta a que filme, pues es su oficio. Cuando se lo planteas a una escritora, Ángeles Caso; un pintor, Hugo Fontela; y a un agitador cultural, Rodrigo Cuevas; para componer esta edición de Plano Sonoro, el resultado es muy interesante. Lo único que puedo adelantar es que es muy diverso. Los tres han hecho un trabajo de documentación y han plasmado su estilo en las piezas, que son muy diferentes entre sí. Podríamos reconocer qué pieza ha realizado sin saberlo, porque son muy fieles al estilo personal de los artistas. Creo que va a sorprender a muchos y que va a encantar.

-Las últimas ediciones han tenido una gran acogida en el público. Este año, ¿esperan acercarse a las cifras de antes de la pandemia?

-Tenemos que tener en cuenta que mucha gente lo pasó muy mal y tiene miedo a exponerse. Llevamos casi un año y medio saliendo de la pandemia, se está haciendo muy larga, más de lo que cualquiera pensaba. Poco a poco, las programaciones de RADAR vuelven a tener las cifras de espectadores de antes del covid, aunque todavía estamos muy lejos. 

SACO vuelve a contar con las colaboraciones de colegios, lo cual es muy positivo no solo para atraer público, también para fidelizar a los espectadores del mañana. Casi 8.000 alumnos del Principado de Asturias van a asistir a alguna de las sesiones, lo cual significa que, poco a poco, SACO retorna a lo que era.

-¿Cuáles son los retos de la SACO para el futuro?

-El objetivo trata de que las tres patas que forman la programación sigan creciendo como lo están haciendo durante estos últimos años. Cada una de ella se está especializando en un apartado de lo audiovisual y el camino que tome una influye directamente a las otras. Para el futuro, queremos potenciar nuestra creación propia y alentar a la creatividad que nos rodea en las diferentes realidades de Asturias, en función de quién sea el encargado de crear la obra. Nuestro gran reto es romper la barrera local, conseguir que SACO atraviese Asturias y nos hagamos visibles en el resto de las comunidades para atraer público nacional y talento.