Esta es la causa por la que el agua huele mal en algunas zonas de Oviedo

D.R.

OVIEDO

Embalse de Los Alfilorios, uno de los abastecimientos de agua de Oviedo.
Embalse de Los Alfilorios, uno de los abastecimientos de agua de Oviedo.

El bajo nivel y las altas temperaturas son el origen de un problema recurrente que se genera en el embalse de Los Alfilorios

26 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año más, el agua de consumo humano de algunas zonas de Oviedo sale con mal olor. Es ya habitual que durante las fechas veraniegas surja, en algunos años, el problema debido al descenso del nivel del embalse de Los Alfilorios, una de las fuentes de abastecimiento de la capital. No siempre ocurre, pero las altas temperaturas sumadas a esa escasez son las que generan la causa.

Lo que ocurre es que, en estas condiciones, en Los Alfilorios se produce una mayor concentración de algas de agua dulce que llegan al abastecimiento en la zona media y alta de la ciudad (El Cristo Buenavista, Montecerrao e incluso La Ería) que generan el mal olor, aunque desde el servicio de Aguas siempre han venido manteniendo que el agua es potable.

Cuando Alfilorios supera el 30% de su capacidad, el problema desaparecerá. Según Aqualia, actualmente han varias procedencias del agua de consumo de Oviedo, además del embalse: el canal del Aramo, el bombeo Palomar y el sistema de Cadasa que tiene varias fuentes, así como manantiales de la zona rural. Este es el motivo por el que solo un parte del municipio resulte afectada por el mal olor del agua.

El canal del Aramo, pilar del suministro de agua al Concejo, parte desde casi el límite provincial con León, aprovechando las aguas superficiales (arroyos), las aguas de procedencia freática con afloramiento natural (manantiales), y las aguas de procedencia freática con extracción de bombeo (bombeo de Palomar) de la Sierra del Aramo.

El transporte se realiza mediante 63 kilómetros de conducto, con tramos en canal y sifón a lo largo de 6 túneles. Esta traída, que parte del Concejo de Quirós (Cortes), llega en su tramo final mediante conducciones a dos depósitos: los del Cristo y los del Fresno.

El abastecimiento proveniente del embalse de Alfilorios, que tiene una capacidad de nueve hectómetros cúbicos, se lleva a una estación de tratamiento antes de ser conducida a los depósitos, y eso la hace potable pero no elimina las algas.