Romería vikinga, sombras argentinas

M.G.Reigosa

RUSIA 2018

Alberto Estévez | EFE

Islandia supo rentabilizar su fútbol sencillo y neutralizar a Messi, que incluso falló un penalti

16 jun 2018 . Actualizado a las 20:06 h.

Arrancó el Mundial para Islandia y Argentina con empate y poco fútbol. Romería vikinga y sombras argentinas, con Messi apagado, más allá de que marrase un penalti demasiado telegrafiado y bien contrarrestado por Halldorsson, y sin nadie que saliese al rescate en el colectivo de Sampaoli. Si acaso, Banega y Pavón, que entraron sobre la marcha durante la segunda mitad y que trataron de inyectar algo de verticalidad y viveza.

Bastaron los tres primeros minutos de partido para saber cómo iba a discurrir la contienda. Islandia sacó de centro, hacia atrás, buscó un envío largo y así se aproximó al área de Caballero, en apenas veinte segundos. En los dos minutos siguientes, casi tres, Argentina tocó hasta la saciedad en campo propio, se espeso al pasar la línea divisoria y no llegó a encontrar la manera de desordenar la buena disposición defensiva del oponente.

Muchas dudas

El equipo de Sampaoli dejó muchas dudas en su estreno. Ante un rival que apenas hace circular el balón en el centro del campo, Mascherano y Biglia fueron dos jugadores insustanciales a la hora de armar el juego. Tampoco ayudaron las bandas. Y Messi, que tenía libertad para moverse, empezó buscando su sitio y se fue perdiendo con el paso de los minutos. Arriba, Agüero estuvo muy solo. En ocasiones, incluso bajó a campo propio a buscar el balón.

Sin verticalidad, sin explorar las bandas y sin Messi inspirado, Argentina fue una selección muy plana ante un adversario que tiene muy claro su esquema. Juega con muchos futbolistas por detrás de la línea del balón, a veces incluso los once. Y no se entretiene en el camino hacia el otro área. Lo suyo es la línea recta, conduciendo o con un pase largo. Con eso, con la calidad de Gylbi Sigurdsson, que es la excepción que confirma la regla, y con un ariete boya no exento de movilidad, como es Finnbogason, consiguió llevar peligro en más de una ocasión.

A pesar de los pesares, el partido se le puso de cara a Argentina en el minuto 18. Chutó Rojo, controló Agüero dentro del área, se giró y clavó el balón en la escuadra. Pero apenas cuatro minutos después llegó el empate, en una acción mal defendida. Finnbogasson estaba al quite para coger un rechace tras un gran centro de Sigurdsson.

Quedaba más de una hora de partido que fue un quiero y no puedo de los de Sampaoli. Salvo el penalti a Meza que marró Messi, el que le hicieron a Pavón y que el árbitro no pitó (parecido en intensidad al de Nacho y Ronaldo) y una gran parada de Halldorsson a tiro envenenado de Pavón, poco más cabe apuntar en el haber ofensivo. Y todo ello sin dar sensación de seguridad atrás. Solo tuvo chance en acciones aisladas. Por juego, fue muy previsible.