Argentina se encomienda a Messi

RUSIA 2018

JUAN MABROMATA

Francia, gris en la fase de grupos, sostiene su crédito con jugadores jóvenes y con hambre de éxitos

30 jun 2018 . Actualizado a las 14:50 h.

Primer partido a cara o cruz. Las selecciones de Francia y Argentina abren hoy (16 horas en el Kazán Arena) los octavos de final de un Mundial tan eléctrico como apasionante. Dos países con una gran solera futbolística, que saben lo que es ganar el título, y que cuentan con selecciones plagadas de jugadores punteros, que militan en algunos de los mejores clubes de fútbol europeo. El duelo entre Messi y Griezmann, estrellas de sus respectivas selecciones, está servido. Para ambos, que han pasado casi desapercibidos en la fase previa, llega la hora de dejarse ver. Son los octavos de final, está en juego el éxito o el precipicio.

En una Argentina pasional, en la que no existe el término medio (o gloria o desastre), y en la que el fútbol es una religión, ese clavo ardiente al que agarrarse para superar las penas, el país volverá a paralizarse para disfrutar con su selección. Se encomiendan a Messi, su abanderado, uno de los mejores futbolistas del mundo. Todos confían en que abra el frasco de las esencias y haga magia. Messi no brilla en Argentina como lo hace en el Barcelona, en donde aporta lo que el equipo necesita. Baja al medio campo si el juego está atascado, ofrece asistencias de gol para solventar el ataque o resuelve él mismo con alguna genialidad. En la selección argentina no entiende el plan, no tiene claro a qué se juega. Está perdido, y salvo en alguna acción individual de calidad, pasa muchos minutos sin participar en el juego.

Sampaoli baraja la posibilidad de situarlo como falso nueve en este partido, una posición a la que no es ajeno y en la que rindió a un gran nivel en el Barcelona. Para el futbolista de Rosario, con 31 años, puede que sea su última oportunidad de ganar un Mundial, su gran hándicap en la eterna comparación con Maradona, una estrella desdibujada con el paso del tiempo.

Griezmann y bastante más

La selección de Francia hizo una fase de grupos impecable, líder indiscutible. Sin embargo, ha practicado un juego inconsistente, no ha mostrado casi nada, aunque tiene el crédito intacto, quizá porque, además de Griezmann, cuenta con un gran número de jugadores de primerísimo nivel: Mbappé, Umtiti, Varane, Pogba, Kanté, Dembélé, Matuidi, Giroud...

La portada del diario deportivo L´Équipe abría ayer con un Messi rodeado de jugadores franceses y el título de «No pasará». Frenar al astro argentino es la obsesión de la selección francesa. Para conseguirlo tendrá que hacer algo más que ser meramente resultadistas.

Los galos disponen de una generación de oro, aunque otra cosa será que lo demuestren en el terreno de juego. Tienen a mucha gente joven y con mucha hambre de éxitos.