Kylian Mbappé, el diamante se presenta al mundo

Ignacio Encabo | DPA

RUSIA 2018

PILAR OLIVARES

El joven talento de 19 años, por el que el PSG pagó 185 millones, deslumbra y lleva a Francia en volandas a cuartos de final

30 jun 2018 . Actualizado a las 19:12 h.

Por si alguien todavía no le conocía, el francés Kylian Mbappé se encargó hoy de presentarse al mundo entero con una exhibición futbolística ante Argentina en los octavos de final de Rusia 2018.

El niño prodigio del fútbol, 19 años y 192 días dice el pasaporte, lideró la victoria de Francia por 4-3 en Kazán con dos goles, un penal forzado y una sensación de superioridad insultante ante la Argentina de Lionel Messi. La batalla entre los dos «10» en el Mundial tuvo un claro ganador: el crack del Paris Saint-Germain.

«Mbappé es como el joven Luke Skywalker. Sabes que tarde o temprano dominará el mundo. ¡Es una bestia!», escribió en Twitter el ex internacional español Álvaro Arbeloa. «Qué jugador Mbappé», añadió por su parte Carles Puyol.

El «show» de este chico con cara de travieso y piernas de pantera arrancó con una carrera desde su campo en la que por momentos parecía más Usain Bolt que Kylian Mbappé. Puso el turbo y en seis toques de balón se presentó en el área de Argentina, donde fue derribado por Marcos Rojo. Penal y gol de Antoine Griezmann en el minuto 13.

Y en la segunda parte decidió el partido con dos goles en cinco minutos. El primero con la zurda y el segundo en la derecha. El primero tras una jugada personal dentro del área. El segundo tras correr al espacio y al primer toque. Un jugador total. Fuera del área, dentro. Una pesadilla para cualquier defensa.

«Se parece a mí», dijo hace unos meses Ronaldo, uno de los mejores jugadores de la historia. Y es cierto, porque el brasileño también era gol, potencia, desparpajo y velocidad cuando asombró al mundo con la camiseta del Barcelona.

Hijo de una argelina y un camerunés, este frances nacido en el suburbio parisino de Bondy el 20 de diciembre de 1998 es la gran perla del fútbol internacional. Con permiso de Neymar, el nombre llamado a jubilar a esos monstruos que son Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Mbappé debutó en la Ligue 1 antes de cumplir los 17 años y explotó en su primera temporada como profesional en el Mónaco, la 2016/2017. Sus cinco goles en seis partidos de la Liga de Campeones llevaron al Mónaco a unas semifinales que nadie esperaba. Y, por encima de las estadísticas, quedó la sensación de que había un diamante.

El Real Madrid estuvo cerca de hacerse con sus servicios, pero finalmente recaló en el PSG a cambio de 185 millones de euros, el segundo traspaso más caro de la historia de fútbol. A sus 18 años.

Para entonces ya había debutado con la selección francesa. De hecho, con 18 años y tres meses se convirtió en el jugador más joven en vestir la camiseta del gallo desde 1955.

«Éste es el que nos va a mandar al banquillo», bromeó tiempo después su compañero Antoine Griezmann con un mensaje en Instagram. Y su seleccionador, Didier Deschamps, aseguró que le recuerda a Thierry Henry. «Kylian usa el cerebro para driblar. Llegará muy lejos».

De momento, llegó al Mundial de Rusia como titular en el equipo de Deschamps y en la segunda jornada marcó el 1-0 sobre Perú para convertirse en el goleador más joven de «Les Bleus» en un Mundial con 19 años y 183 días. Y hoy destrozó a Argentina.

No tiene que ser sencillo lidiar con semejantes expectativas y fama con esa edad. Pero el muchacho lo maneja por ahora bien. Los pies los tiene en la tierra y no muestra estridencias en las redes sociales. Un «rara avis» en el fútbol moderno.

«He visto muchos jugadores y me impresionaron Thierry Henry y David Trezeguet. Pero no he visto muchos ejemplos de alguien tan maduro a su edad», asegura Guy Stéphan, asistente técnico de Deschamps.

Muchos ven en Mbappé al mayor talento del fútbol francés desde Zinedine Zidane. Ambos visten el «10» en la selección nacional, pero desde el punto de vista futbolístico son muy diferentes. Si Zidane parecía jugar vestido de frac, todo delicadeza, Mbappé es la potencia. Lo único en que se parecen es en esa zancada elegante e hipnótica.