Uruguay, orgullo ajeno

Manuel Mosquera

RUSIA 2018

Jorge Silva | REUTERS

06 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Veo los partidos de Uruguay y tengo un sentimiento de orgullo ajeno. Pero orgullo, al fin y al cabo, de asistir a la mayor entrega de esfuerzo, pasión y amor por un país a través del fútbol. Jugadores que se toman cada jugada con balón o sin balón como si fuese la última de sus vidas. Todos querríamos ser sus hinchas, la esencia del jugador número 12. Siempre oímos esa frase manida de que hay que dejarse todo en el campo. y ellos lo hacen, se dejan el alma e incluso más allá de la lógica del propio partido.

Ellos dignifican el fútbol porque ponen su prestigio, sus logros individuales, al servicio de un equipo, se olvidan de que algunos son figuras mundiales, porque eso no es lo importante. Ellos consiguen que los uruguayos se sientan orgullosos, y que el disfrutemos de su forma de entender el fútbol.

Al frente, Tabárez, para mí la imagen de este Mundial, el que dignifica con mayúsculas la profesión de entrenador. El amor a un deporte y el coraje uruguayo queda reflejado en este gran hombre que no conoce edad, ni trabas físicas para liderar a un grupo como este. Mi admiración por él.

Cuando se lesionó Cavani ante Portugal, creo que a todos nos provocó a todos una sensación de rabia e impotencia como si fuese nuestro Iniesta. En nuestro fuero interno presentíamos que podía perderse el resto del Mundial y Uruguay gran parte de sus opciones.

Si me preguntan por el estilo de Uruguay, mi contestación sería algo así: «Cuidado con Uruguay, juegan al fútbol». Mi cabeza me dice que este Mundial lo va a ganar Brasil, pero mi corazón quiere que el campeón sea Uruguay.