Las mariquitas pintadas en piedras se convierten en el juego viral de Lugones: «Despiertan la ilusión de niños y mayores»

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

SIERO

Piedras pintadas que Ángeles reparte en Lugones.
Piedras pintadas que Ángeles reparte en Lugones.

Ángeles Ordás es la impulsora de esta iniciativa lúdica que gana adeptos día a día. Empezó publicando sus creaciones en un grupo de vecinos de Facebook después de San Valentín y ya ha repartido más de 200 en zonas verdes de la localidad. Hasta Adrián Barbón se ha hecho eco de su idea

27 may 2024 . Actualizado a las 09:56 h.

Ángeles Ordás descubrió la pintura durante la pandemia. Enfermera de profesión, vio en las mandalas y en el puntillismo unas auténticas vías de escape con las que enfrentar las intensas jornadas laborales de aquellos meses, que acabaron sobrecargándola física y mentalmente. Aprendió de forma autodidacta y los pinceles y punteros se convirtieron en sus mejores aliados para desconectar del trabajo. Además de decorar agendas, iniciales o perchas con estos coloridos dibujos, esta profesional sanitaria empezó a recoger algunas piedras que se encontraba en playas y caminos para adornarlas y repartirlas entre sus conocidos en fechas especiales como Navidad, Halloween o Pascua.

Así llegó San Valentín, el 14 de febrero. Ángeles decoró varias piedras como si de mariquitas se tratasen e incluyó la palabra «love», para que tuviesen que ver con el Día de los Enamorados. Repartió las primeras entre conocidos, pero un motivo de salud hizo que se convirtieran en la excusa perfecta para salir a pasear. Acababa de ser operada de varices y le recomendaron caminar. «Me habían sobrado varias y me propuse salir y colocarlas por ahí, como una forma de obligarme a andar y a volver al día siguiente para verlas», cuenta.

Utiliza las zonas verdes para repartir sus mariquitas e invita a los vecinos a salir a buscarlas.
Utiliza las zonas verdes para repartir sus mariquitas e invita a los vecinos a salir a buscarlas.

Nació así una iniciativa lúdica que gana adeptos día tras día y se ha convertido en un verdadero juego para los vecinos de Lugones. Dos semanas después de empezar a repartir sus mariquitas por las zonas verdes de la localidad, vio que faltaban algunas y lo publicó en un grupo de Facebook. «La gente me decía que se las había encontrado, me preguntaban si se las podían quedar y empezó a animarse la cosa. Yo vi que prestaba y no pude parar; fue tal el recibimiento que tuve en el grupo que todas las semanas fui poniendo más y más», confiesa Ángeles.

No ha podido parar y la iniciativa lúdica no ha hecho más que crecer en estos meses. «Así a lo tonto, todas las semanas hago una o dos docenas y las reparto», admite. Ha superado con creces las 200 mariquitas repartidas y seguirá haciéndolo porque está encantada con la acogida. La repercusión ha llegado también a las redes sociales, traspasando la barrera del grupo de vecinos de Lugones en Facebook. Una mujer que se dedica a decorar con ganchillo algunos puntos de esta localidad del concejo de Siero tejió una mariquita como homenaje a la iniciativa de Ángeles y lo colgó en su Instagram

Las mariquitas también habitan en los parques de Lugones y despiertan la ilusión de los más pequeños.
Las mariquitas también habitan en los parques de Lugones y despiertan la ilusión de los más pequeños.

De ahí pasó al creador de contenido asturiano Ovidio Rubio, más conocido como @cavaliereperlavita, quien se puso en contacto con Ángeles para hacer un vídeo con la iniciativa en el bosque de la Acebera. No tardó en viralizarse y hasta el mismo presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, lo compartió en sus perfiles oficiales. «Me sorprendió mucho. Le escribí un mensaje para agradecérselo y decirle que no daba crédito y él me respondió que era una idea muy guapa y me animó a seguir», confiesa.

Buscar las mariquitas que pinta Ángeles se ha convertido en un verdadero desafío para los vecinos de Lugones. Niños y mayores salen a pasear con la ilusión de encontrarse con una de estas piedras pintadas. «Me emociona mucho, porque soy muy niñera», confiesa la impulsora de esta idea. Para ella, «robar una sonrisa» a sus vecinos con estas mariquitas es de lo más gratificante. Reconoce que el coste es mínimo, puesto que recoge las piedras que se encuentra en la playa o en los caminos y un bote de pintura sirve para decorar «un millón de ellas». El resto es «el tiempo que quiera dedicar».

«Tengo esa ilusión y esa emoción por compartir», reconoce. Algo que está escrito en el ADN de Ángeles, porque asegura que siempre ha sido parte de su personalidad. Uno de los momentos más emocionantes con estas mariquitas love, como ha bautizado a sus personajes, ocurrió cuando decidió dejar una a las puertas del cementerio. «La dejé allí pensando en no violentar el sitio y cuando me llegó el mensaje de la persona que la había encontrado me emocionó mogollón, porque me dijo que había sido como recibir un mensaje de su hija», relata. 

Pueden estar en cualquier sitio, así que buscarlas se ha convertido en todo un desafío.
Pueden estar en cualquier sitio, así que buscarlas se ha convertido en todo un desafío.

«Al final lo que transmite esa piedrina no es más que el significado que cada uno le quiera dar», admite. «A mí me presta mucho leer los comentarios de la gente. Hay quien me escribe incluso por Messenger o por Instagram para que se lo ponga más fácil porque quieren que sus niñas encuentren una mariquita, entonces doy una pista o mando una foto. Se ha convertido en un juego», celebra Ángeles.

Por eso, piensa en seguir utilizando su tiempo libre para pintar mariquitas y continuar repartiéndolas por las zonas verdes de la localidad. Incluso por otros puntos de Asturias. Además, con su proyecto Puntosynamas de puntillismo, espera hacer este verano su primer mercadillo en Luanco y crecer poco a poco. Continuará con su profesión de enfermera, pero la pintura y esta iniciativa lúdica se han convertido en una manera de volver a prender la «chispa» de la ilusión.