¿Cuáles son los estigmas sobre los asturianos que sí son ciertos?

C. Barbería

ACTUALIDAD

«El Jueves» tira de humor para explicar cómo es Asturias. No faltan ni las «farturas» gastronómicas, ni los constantes «cagamentos», ni la omnipresente bandera. ¿Es cierto que los pedos de fabada huelen a cadáver? Sigue leyendo...

21 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué debe saber alguien que no es de Asturias sobre esta comunidad? Que las «farturas» gastronómicas son imprescindibles, que el culín de sidra se puede tomar a cualquier hora del día o que todo asturiano, sin importar en qué parte del mundo esté, tiene una bandera asturiana. Y ojo con meterse con la Santina (Covadonga).

El Jueves, dentro del recorrido irónico que ha realizado por las distintas comunidades, recoge con una mirada ácida esos tópicos que identifican a Asturias y que, en muchos casos, son ciertos. La publicación arranca con un clásico, el mal tiempo, que en los últimos años, y a pesar de la masiva creencia, ya no lo es tanto.

A continuación, se centra en otro de los lugares comunes que nunca falla y que, según se mire, puede ser positivo o negativo. A quien le guste comer que vaya a Asturias, comunidad hospitalaria de la que nadie se irá con hambre. Eso sí, ojo con pedir una «sidriña» y no una «sidrina». En temas tan propios, gallegos y asturianos ya no son tan primos hermanos...

La sidra, ¡cómo no!, ocupa mucho espacio en el reportaje, sobre todo, por el peso que tiene en la vida social asturiana. La revista recoge las certezas y teorías sobre cómo tomarla.

Los famosos asturianos tampoco podían faltar en la publicación. El ya venido a menos Fernando Alonso, «La Leti» -funcionaria del Estado español y chica de portada de El Jueves-, o ese genio renacentista de Melendi, «el único ser humano capaz de hacer retroceder a un avión en pleno vuelo», tienen su espacio. También, los fundadores de El Corte Inglés y los autobuses Alsa, aunque, en este caso, la publicación no duda en sustituir su cara por la del siempre codicioso Sr. Burns, de Los Simpson

El rey Pelayo -«el tío que inventó España»- y la siempre mencionada Reconquista tampoco se obvian aunque es, quizás, la página gastronómica la que más sonrisas puede despertar. La fabada, ese «constructo ultra-proteínico que da a los asturianos poderes 'sobre-humanos', entre ellos el de tirarse cuescos» (la publicación no responde a la propia pregunta que se formularon de si los pedos de fabada huelen a cadáver), y, sobre todo, el cachopo, ese alimento tan liviano que se ha puesto de moda 30 años después, no se sabe bien por qué y en plena era foodie, son los platos en los que se centra El Jueves. Un menú típico que se ha convertido en protagonista en restaurantes de autor y en cartas para sibaritas y que sirve para «identificar» a los inocentes turistas.

La bandera bajo el brazo de todo asturiano que se precie o la defensa a ultranza de la Santina (Covadonga), ya se sea religioso o ateo, también encuentran su hueco. Los autores del reportaje lo tienen claro: «Resulta menos arriesgado para la salud hacer chistes sobre Mahoma que sobre ella».

También habrá que tener cuidado con seguir cantando mal el Asturias, Patria querida, el himno asturiano que, por mucho que nos moleste, se ha convertido en «número uno en el corazón de cualquiera que se tome tres cubatas». La publicación, rendida a la evidencia, reconoce «una primera parte patriótica y evocadora» y una segunda que, bajo los efectos del alcohol, «no entiende ni dios».

El bable sirve de cierre a la publicación con varias pinceladas para aquellos que quieran lanzarse a hablarlo. Decir «ho» casi al final de cada frase, cagarse continuamente en todo (probablemente, por efecto de la fabada), y decir todo al doble de volumen son unos sabios consejos para lograrlo. Aún así, la mejor recomendación está clara: nunca nunca decir «sidriña».