SPORTING 0 RECREATIVO 0 LA CRÓNICA y rueda de prensa Sandoval

Fisherman

SPORTING 1905

27 ene 2014 . Actualizado a las 13:17 h.





Sporting: Cuéllar(1); Luis Hernández(1), Mandi(2), Bernardo(1), Canella(1); Sergio(2), Álex Barrera(1), Álex Serrano(0); Santi Jara(0), Lekic(1) y Scepovic(1).

Sustituciones: Casquero(0) por Álex Serrano, Guerrero(sc) por Lekic y Mendy(sc) por Jara

Recreativo: Cabrero; Vega, Montoro, Jorge, Dimas, Cifu, Arana, Jesús Vázquez, Joselu, Menosse, Morcillo.
 

Arbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea, del Comité Vizcaíno. 


Empate a nada en El Molinón en un encuentro en el que el Sporting fue incapaz de doblegar a un ordenado Recreativo que se llevó lo que quería del coliseo gijonés. La baja de Nacho Cases fue demasiada penitencia para un equipo que no encontró su sitio en el campo y al que le faltó clarividencia y organización en ataque. Los rojiblancos siguen en ascenso directo pero ceden el liderato al Deportivo de la Coruña.


Gijón amaneció gris y taciturno, preludio de lo que estaba por venir en el terreno de juego que, en día de club, acogió a 13.000 sportinguistas que querían presenciar la defensa del liderato por parte de los suyos. Enfrente un Recreativo que desde el pitido inicial puso sobre el tapete su ideal de juego de toque y achique de espacios, protegiendo a una defensa hasta ahora cuestionada y buscando continuar su racha fuera de casa, siendo uno de los equipos que más puntos han conseguido a domicilio. En el Sporting, la luz de Nacho Cases dejó a oscuras El Molinón y solamente Sergio Álvarez y Álex Barrera parecían haberle echado un vistazo al guión de Sandoval en la previa. Los ataques rojiblancos surgían con cuentagotas y siempre de balones bombeados al área, donde emergía uno de los serbios para poner el peligro e inquietar el café mañanero de un Cabrero con pose casillesco y húerfano de caspa. Sandoval volvió a insistir en convertir a Scepovic en una pistola de balines ubicándolo en la izquierda y Álex Serrano acusó su falta de partidos y la presión del escenario para apenas intervenir en el juego. El Recreativo aprovechaba el desgobierno en el centro del campo gijonés para arremeter con alguna contra de esas que salen por inercia cuando el campo se vuelve cuesta abajo y la pelota rueda sin cesar. Llegó el decano a Gijón a ponerle cloroformo al partido y el juego previsible del Sporting puso el resto para que la afición echara un par de cabezadas que solo el frío norteño y un remate de Mandi que sacó la defensa bajo palos, lograron alterar en el primer acto.

En el segundo tiempo, Serrano fue sustituido por Casquero, que dejó el uniforme en el vestuario y se vistió de cuero negro, raya a un lado y tupé engominado en plan teddy boy de los 60, dispuesto a entrar en cualquier gresca posible y ganándose la primera amarilla a los cinco minutos. Da miedo pensar cual será el estado de forma de Garai para que el talaverano sea la primera opción del míster, que no cambió el dibujo de un equipo que azotó a su rival en los primeros compases, con un remate de Canella que salvó Cabrero y varias aproximaciones que cambiaron la tendencia de un partido al que le faltaba una inyección de cafeína en vena. Los visitantes volvieron a buscar la espalda rival y un contraataque comandado por Jorge Larena, que jeringa en mano, se convirtió en la ocasión más clara del partido, pero el balón se perdió fuera por poco. Sandoval dio entrada a Guerrero para buscar más movilidad, mientras Casquero seguía agitando los codos como si en cualquier momento fuera a echar a volar. Scepovic por momentos peregrinó al centro y volvió a enseñar los colmillos para luego volver a resguardarse en la intrascendencia, mientras Mendy se quitaba el chándal y la afición miraba al banquillo e incluso los no creyentes se santiguaban y abrazaban su rosario rojiblanco. En los últimos minutos se explotó un recurso que cada vez gana más adeptos en el imaginario sportinguista; los balones al área de Luis Hernández, quien se encuentra en este punto en el que ya te hace dudar de si centra mejor con las manos o con los pies. Las pelotas a la olla alteraron el electrocardiograma del paciente  sin mucho éxito y el punto conseguido sirvió para echar de menos a los que no estaban y de paso, seguir en la pomada por el ascenso. 

Sergio Pinto
@dikembe