SPORTING 1 VALLADOLID 1 LA CRÓNICA

Fisherman

SPORTING 1905

29 sep 2014 . Actualizado a las 17:27 h.

Sporting: Cuéllar(1); Lora(1), Luis Hernández(2), Bernardo(2), Álex Menéndez(1); Sergio Álvarez(1), Nacho Cases(2); Carmona(1), Pablo Pérez(1), Jony(2) y Guerrero(2).

Sustituciones: Castro(1) por Carmona, Rachid(1) por Sergio Álvarez y Juan Muñiz(2) por Pablo Pérez.
  
Valladolid: Javi Varas; Chica, Marc Valiente, Jesús Rueda, Óscar Díaz, Leao, Roger, Óscar, Peña, Bergdich y Timor.

Goles: 0-1 Bergdich. 1-1 Guerrero.
  
Arbitro: David Medié Jiménez, del Comité Catalán.


Se mantiene invicto el Sporting a base de orgullo, casta y fútbol. A la jungla de la segunda división, los chavlales de Abelardo se adentraron como un grupo de jóvenes exploradores y partido tras partido vuelven a casa envueltos en una bandera rojiblanca hecha jirones, con heridas de guerra y un año más en cada bota. Visitaba El Molinón uno de los máximos aspirantes al ascenso y recién verdugo en la Copa del Rey, con el liderato en juego y un pique histórico que engrandece la leyenda de sus enfrentamientos. El Valladolid llego a Gijón presumiendo de galones, veteranía y cierto deje barcelonista en sus modales, al menos en el banquillo. Como decía el filósofo, la historia es un incesante volver a empezar, por lo que una vez en el césped nadie recuerda triunfos pasados, aunque aquella parada de Cuéllar en Zorrilla sea difícil de olvidar y se nos salten las lágrimas, se nos acelere el marcapasos o 5 años y pico después hayan dos o tres Pichus más, deambulando por el parque Hermanos Castro.

Salió el Sporting como una locomotora, apretando las tuercas a los pucelanos desde el inicio. El motor de los rojiblancos giraba a más revoluciones que nunca, con Nacho Cases abriendo las compuertas y soltando a un embravecido Jony que levantaba el césped a su paso en plan correcaminos, acompañado por el machete de Guerrero y el estilismo de Pablo Pérez, que intento una vaselina al poco de iniciarse la contienda que se fue por poco. El Valladolid se desperezaba y reducía el ritmo del partido entre toque y toque de balón, buscando hacer daño entre la defensa y medular rojiblanca, con un Óscar que flotaba entre líneas mientras Bergdich esperaba entre las sombras la llegada de un balón suelto. La presión gijonesa surtía efecto y el rival jamás estuvo cómodo sobre el campo, regalando balones mientras Sergio, Cases y compañía se relamían en secreto, pero no terminaban de aprovechar el dominio en forma de ocasiones, salvo algunas aproximaciones de Jony y varios centros al área que no encontraron rematador.

La concentración e intensidad de los futbolistas de Abelardo es tal, que el rival se ve obligado a pernoctar tras la cal esperando el más mínimo descuido para adelantar sus líneas y buscar hacer daño. Tras la reanudación el Valladolid aprovechó el bajón local para envolver el balón con un manto blanquivioleta y marcar el ritmo del partido, como cuando salen los mayores al patio de colegio y los cinco minutos que pueden aguantar sin nicotina se dedican a hacer cuatro paredes y un par de rondos. Apretó el Valladolid y primero Cuéllar evitó el gol en un mano a mano con Alfaro, con posterior mofa del guardameta, en otro de sus comportamientos infantiles de cada semana. Poco después se le cambió el rictus al portero y a la grada ya que tras una fantástica combinación, Bergdich ponía el 0-1 en el luminoso y dejaba a lso rojiblancos aturdidos y abrumados otros cinco minutos más.

Jony tomo las riendas y con el cuchillo entre los dientes dio la razón a Rubí, técnico visitante que ya había advertido del peligro del extremo. Tras eslalom con caño incluido, el canterano habilitó a Guerrero que marcó un gol que sería anulado por fuera de juego inexistente. La grada que clamó contra la directiva durante buena parte del encuentro, lo hizo ahora contra el colegiado, lo que aumentó el voltaje del partido y animó a Abelardo a hacer debutar a Castro, al que se unirían poco después Rachid y Juan Muñiz.

Con un medio campo poblado de yogurines y dos puntas de lanza en la vanguardia, los rojiblancos se prepararon para el arreón final, mientras el Valladolid se ponía a cobijo tras el tejado del fondo norte. Muñiz sacó el guante en cada jugada a pelota parada, recordándonos al drive de Sergio García en plena Copa Ryder, hiperventilando los pucelanos cada vez que el '7' enfilaba hacia el balón. Fue en una de esos centros de compás y cartabón de Juan cuando llegó el empate, peinado por Guerrero en boca de gol, a falta de cinco minutos para la bocina. El gol espoleó aún más a los locales, que tuvieron un par de jugadas similares, de menor fortuna mientras el rival agotaba sus cambios e izaba bandera blanca. Al final el empate supo a poco, pero fue el primer gran duelo del Sporting ante un rival de pedigrí, superado con nota y solamente oscurecido por cinco minutos de desfase horario que se han de corregir. Los de Abelardo se mantienen como único equipo invicto de la categoría, mejorando el inicio de Sandoval, con Las Palmas en el horizonte, el lugar donde el año pasado terminó todo y donde se puede cambiar la historia de una vez por todas.

Sergio Pinto
@dikembe