SPORTING 1 BETIS 2 LA CRÓNICA, estadísticas y video

Fisherman

SPORTING 1905

18 ene 2015 . Actualizado a las 18:20 h.





Sporting: Cuéllar(2); Lora(2), Luis Hernández(2), Bernardo(2), Isma López(1); Sergio Álvarez(2), Nacho Cases(1); Juan Muñiz(1), Ndi(2), Jony(2) y Guerrero(1).

Sustituciones: Santi Jara(1) por Muñiz. Pablo Pérez(1) por Guerrero y Carlos Castro (1) por Isma López

Betis: Adán; Bruno, Jordi, Piccini, Xavi, Cejudo, Pacheco, Molina, Rubén Castro, Varela y Dani

Goles: 1-0 Muñiz. 1-1 Bruno. 1-2 Xavi Torres.

Árbitro: Jorge Valdés Aller, del Comité de Castilla y León. 

 
Fichó Mel por el Betis y le dije a mi padre: ?Estos son los primeros que nos ganan?. Profecías premonitorias que solo confiesas cuando son acertadas, como el penalti que el jugador del equipo rival siempre va a fallar, hasta que lo falla y a ti se te hincha el pecho de necromante barato a las 8 de la noche. Pero es cierto que si hubiera un rival que pudiera ganar al Sporting de los 20 partidos sin perder este sería el Betis, compacto, curtido en mil batallas y con cicatrices de pretérita grandeza. Ese Betis llegó hoy a El Molinón a plantear a los chavales de Abelardo el último examen de Selectividad de la primera vuelta, con presión a la salida de balón, poderío aéreo, incorporaciones por las bandas y alguna que otra ecuación de segundo grado en ambas áreas.

El partido comenzó con un riff de guitarra de Jony por la banda derecha que Ceballos no supo interpretar si era Satisfaction o Smoke on the Water y cuando el bético adivinó la melodía, Adán ya recogía de las mallas la pelota empujada por Juan Muñiz. El Betis no se amilanó ante el rugido local y continuó con la partitura de Pepe Mel: tocar y tocar. Los visitantes movían a los rojiblancos de un lado a otro y buscaban la grieta defensiva para acuchillar con Rubén Castro y Jorge Molina, estiletes de vanguardia. Cuéllar sacó los pies a la primera aproximación y sin apenas tiempo para respirar, el batallón rojiblanco avistaba la meta de Adán a toque de corneta, dirigidos por un Sergio Álvarez que cada partido cumple un año más para al final de la segunda vuelta tener una barba blanca gandalfiana y algo que contarle a sus nietos sobre un ascenso. Los locales buscaban las bandas y Jony y Ndi volvían locos a sus parejas de baile, en particular el camerunés, que adopta cierto deje Riquelmesco a la hora de proteger el balón y que si las faltas que no le pitan desgravaran para Hacienda, el sportinguista se llevaría un buen pellizco allá por el mes de mayo.  

A medida que pasaban los minutos el Sporting se echaba demasiado atrás, dejando el mando a los béticos y esperando una oportunidad a la contra, salvando los palos a los visitantes tras remate de Cases y un cortocircuito de Adán a quien el balón debía destilar cierto aroma a mourinhismo que le aterrorizó, intentando alejarlo a manotazos. Los verdiblancos subían una marcha y explotaban la banda de Isma López, poniendo el miedo en el cuerpo a la afición y a todas las Lolas como yo, que comenzaban a tener los peores augurios, aunque seguian achuchando los locales, tan persistentes y molestos para el rival como la lluvía que caía sobre El Molinón.

El Betis empató pronto, demasiado pronto, al iniciarse la segunda parte. Y es que si el Sporting tiene un debe esta temporada es la defensa de los balones parados. Llegó Bruno como un tren de cercanías al área de Cuéllar en el enésimo balón por alto que ganaron los béticos en el partido. Se echó de menos un Mutombo en el área rojiblanca que aullara eso del ?not in my house? para que los verdiblancos huyeran despavoridos al Parque Inglés o a Casa Arturo, según los gustos de cada uno. El gol visitante entumeció a los de Abelardo y apagó la luz sobre todo del centro del campo, incapaz de distribuir juego como en el primer acto, perdiendo la pelota a cada intento y engrandeciendo a un Betis que se veía imperial, oliendo la sangre rival, que empezaba a confundirse con la lluvia. Como sucediera en Sabadell, el segundo gol volvió a ser uno de esos zapatazos de videoteca cuyo autor tendrá que poner el play en presencia de un juez para demostrar que en efecto, en ese preciso minuto del partido, padecía locura transitoria. El gol de Xavi Torres espoleó a la grada de ambos bandos y los de Abelardo reaccionaron, con Jara, Pablo y Carlos Castro en el césped para buscar la igualada con defensa de tres. El Betis se echó atrás para aprovechar espacios mientras una oleada rojiblanca asolaba la meta de Adán, que se engrandecía con el abuso de balones largos de los locales.

La tuvo Pablo Pérez, que la mandó al aparcamiento del estadio en posición inmejorable mientras el Betis salía en tromba en busca de la sentencia, empapándose el partido de esa grandeza de las batallas inolvidables. El pundonor y orgullo local contra la resistencia y experiencia rival. El árbitro pitó el final pero todo daba igual ante el espectáculo presenciado. Era la primera derrota del Sporting ante el mejor rival que pasó por El Molinón hasta el día de hoy. Queda la incógnita de saber como reaccionará ante esa tesitura el equipo de Abelardo, pero viendo el carácter de los guajes del Pitu solo queda una cosa por hacer: Aplaudir, hasta que nos ardan las manos, hasta que se haga de noche, hasta el próximo partido contra el Numancia en el que vuelvan a saltar al ruedo los once jugadores que devuelvan la ilusión a un sportinguismo que fuera del campo está herido de muerte.

Sergio Pinto
@Dikembe